Osasuna, colista, tomó oxígeno en la tabla a costa de un Espanyol que volvió a fallar en la estrategia, encajó el segundo gol tras enviar dos tiros seguidos a los postes y desapareció después de otro contraataque mientras intentaba reaccionar.
Los locales perdieron la oportunidad de salir definitivamente de los puestos de descenso tras romper su buena racha en la Liga, con cuatro partidos invictos. Los 'rojillos', por su parte, apostaron por la solidez sin riesgos y consiguieron más crédito para su entrenador, José Luis Mendilibar, seriamente cuestionado antes de este duelo.
Los dos equipos llegaban al choque con urgencias y el ritmo fue elevado desde el inicio. Armenteros y Cejudo, por el cuadro navarro, y Sergio García y Verdú, en el bando blanquiazul, fueron los encargados de levantar a la afición de sus asientos. Vertical, dinámico e intenso: así era el fútbol en Cornellá-El Prat.
De todas formas, el primer tanto del encuentro llegó sin la electricidad de una contra o de la rabia de un delantero. Fue a balón parado, la gran asignatura pendiente del Espanyol esta temporada. En el minuto 21, tras un córner, Cejudo puso el 0-1. La zaga local no estuvo atenta a la segunda jugada tras el rechace.
El gol atenazó durante varios minutos a los pupilos de Mauricio Pochettino y acentuó sus imprecisiones, aunque Osasuna tampoco arriesgó demasiado.
A medida que se acercaba el descanso, el Espanyol recuperó su apuesta ofensiva y tuvo varias ocasiones claras -dos de Verdú y una de Víctor Sánchez- para llevarse el premio.
La insistencia blanquiazul continuó en la reanudación, pero el bloque de Mendilibar se limitó a aguantar atrás, alargar las posesiones y esperar un error del rival. Ante este escenario, poco a poco empezaron los avisos del Espanyol con un tiro de Longo en el 59. El italiano mandó el balón al larguero.
No fue el más claro. Verdú, dos minutos después, intentó un disparo cruzado y estrelló el balón en un poste. Parecía que el empate llegaría, pero el guión cambió radicalmente. En la contra que siguió a esta jugada, Kike Sola, a pase de Cejudo, regateó a dos defensores y a Cristian Álvarez y empujó el 0-2.
El conjunto de Mendilibar, cuya continuidad era dudosa en caso de derrota, no necesitaba arriesgar. Cada minuto que transcurría era una pequeña victoria para Osasuna, que pese a no tener presencia arriba demostraba un juego compacto y disciplinado. Su intensidad no bajaba y ante eso se estrellaba una y otra vez el Espanyol.
Y entonces llegó la sentencia. En el minuto 77, Omwu marcó el 0-3 tras una recuperación en la medular de Armenteros. El guión fue similar al del segundo: carrera individual y acierto y puntería en el uno contra uno ante el portero blanquiazul. Un gran sector de la afición local empezó a desfilar y arrancaron los cánticos de protesta.