El Real Madrid ganó un clásico venido a menos, en el que se aseguró el primer puesto de la Liga regular, en el que ninguno de los dos equipos quiso emplearse a fondo y en el que la diferencia final fue a todas luces exagerada.
Joe Inglés fue el encargado de inaugurar el clásico con 5 puntos eléctricos en apenas treinta segundos. Fue un fogonazo sin continuidad. Real Madrid y Barcelona se enzarzaron en un concurso de errores en ataque que tuvo su inmediato reflejo en el marcador al final del primer cuarto, 13-12.
El partido no pintó nada bien desde antes de iniciarse, por lo poco que estaba en juego para ambos equipos y por las bajas azulgranas. Ausente Juan Carlos Navarro, el Barça se quedó sin chispa, sin genialidades, sin una vía directa hacia el éxito.
El Madrid también estuvo obtuso, pero su capitán Felipe Reyes no entiende otra cosa que luchar con su pundonor habitual y mantuvo a su equipo en el marcador con canastas al límite.
Las primeras ventajas comenzaron a caer del lado local, 19-14 (m.13), pero las individualidades azulgranas, Lorbek y Oleson, se encargaron de no descolgarse en el luminoso.
Al descanso, 33-29, y confirmación de que poco o nada podía esperarse de un partido, en el que por muy clásico que fuese nada había en juego.
Además, con el horizonte del 10 de mayo y la semifinal de Euroliga en Londres nadie quiso enseñar nada. Ni en defensa, ni en ataque.
El único que no debió enterarse de estas circunstancias fue Mirza Begic, que se empeñó en demostrar su valía ante su excompañero Ante Tomic, aunque fue una cuestión más de interés que de acierto.
Inglés, el más acertado de su equipo, fue el encargado en no pocas ocasiones de hacer la goma en el marcador, 43-42 (min. 26.20), llegándose al final del tercer cuarto con un incierto 50-47.
Con pequeñas refriegas saldadas sin consecuencia, los dos equipos abordaron los últimos diez minutos con la misma idea: nadar y guardar la ropa.
Y es que puestos a hacer baloncesto-ficción, el Real Madrid podría volver a encontrarse con el Barcelona en un hipotético cruce en semifinales por el título, si acabara en cuarta posición en la fase regular.
El marcador continuó igualado, 56-55 (min.34), tras algunas acciones individuales brillantes de Reyes, Tomic y Sergio Rodríguez.
En los minutos finales llegó la tensión propia de un clásico y de un final de partido, con el Madrid afrontando los dos últimos minutos con 7 puntos de ventaja (67-60), para acabar ganado a lo grande y con una diferencia absolutamente irreal, 78-65.