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El Sevilla, rey de derbis (4-0)

Los nervionenses dejan en la cuneta y tocado a un Betis que no levanta cabeza y que sale derrotado de una manera triste

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  • Felicidad y amargura -

No es que haya perdido la esencia, es que no hay color. El Sevilla se ha hecho por méritos propios y deméritos del Betis en el dueño y señor del derbi sevillano y anoche volvió a demostrarlo en la vuelta de los octavos de Copa.

Con dos onces competitivos se presentaron los equipos sobre el tapiz del Pizjuán. Sobre todo el de un Betis del interino Juan Merino que apenas reservó jugadores de los llamados titulares. Por su parte su homónimo, Unai Emery, sí que dejó a alguno de los importantes en el banquillo, como a Krychowiak o al francés Kevin Gameiro.

Pero poco duró la historia de una eliminatoria sentenciada de antemano en el Villamarín. Corría el minuto tres cuando una contra magistral coordinada por Reyes terminó en las botas de Mariano para que el propio utrerano, no sin la ayuda de la zaga bética, remachara el pase a cuartos de la Copa con el primero de la noche.

El tempranero tanto dejó noqueado al Betis, que apenas supo reaccionar. Sin el control del cuero y sin llegadas al área de Sergio Rico iba a ser difícil la empresa de la remontada. Mientras, los nervionenses, sin un excelente fútbol, se mantenían firmes con el paso de los minutos.

Sin ocasiones reseñables lló el minuto 34, momento en el que si existía alguna remota opción para los heliopolitanos terminó por esfumarse. Saque de esquina botado en corto por Reyes, sobre el que peinó Llorente al segundo palo para que el francés Rami fusilase a Adán de disparo seco. Hasta ese minuto Sergio Rico no tuvo ni que coger el balón con las manos. La imagen de un tocado Betis estaba dejando mucho que desear.

En el 36 se registró el primer disparo a puerto de los pupilos de Juan Merino, que en ningún momento dieron muestra de poder competir la eliminatoria ante un Sevilla que con muy poquito se mostraba netamente superior a los verdiblancos.

Así que llegaríamos al tiempo de descanso tras un primer tiempo en el que los de Emery leyeron la sentencia con dos latigazos y con, eso sí, el control casi total del esférico en todas las parcelas del campo.

Con un poquito más de empaque saltó el Betis en el segundo tiempo, sumando alguna llegada con relativo peligro para los intereses sevillistas. Pero el Sevilla, con Reyes al frente de los mandos, no detuvo su afán de hacer más daño y en el minuto diez del segundo periodo rozó el tercero, pero Bruno lo evitó.

Al cuarto de hora Kadir se asomó con peligro al área nervionense, pero su chut, fuerte y colocado, se marchó por encima de la meta sevillista. Pero el Sevilla volvió a controlar el tempo del partidoy fue aparecer en escena el goleador Gameiro y oler el gol. Tal fue así que al minuto de estar sobre el césped se encontró con una pelota franca y que no perdonó batiendo por bajo a un irregular Adán. El 0-3 comenzaba a hacer daño a una afición bética que, a falta de veinte minutos, algunos optaron por marcharse, que además no presenciaron el cuarto y definitivo de Kakuta en los instantes finales del derbi.

Lo que es evidente es que ambos equipos viven, a día de hoy y desde hace algunos años, vidas dispares como se ha reflejado en este derbi copero en el que se ha mostrado tremendamente superior el conjunto de Unai Emery. Ahora toca pensar en la Liga, uno para seguir mirando a Europa y el otro para resucitar antes de que sea demasiado tarde.

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