Menudo chaparrón de mal juego y desorganización tuvieron que aguantar los aficionados béticos que; bien en las gradas de Ipurúa o a través del televisor, pudieron ver a su equipo.
Los ansiados 42 puntos ya están en el saco del conjunto verdiblanco, pero no sin dejar una pésima imagen este domingo contra el Eibar, quien desde luego, mereció el triunfo por ocasiones creadas.
Y es que poco o nada generó el Betis en su visita a tierras vascas, donde en ataque, Rubén Castro volvió a demostrar que está hecho de otra pasta a la hora de la verdad.
Fue el canario el encargado de abrir la lata y obtener con su tanto en el minuto 36 de la primera mitad, la permanencia matemática del cuadro de Heliópolis; y de paso, igualar con 18 tantos, su cifra récord de goles en Primera.
No obstante, junto al delantero bético, la actuación bajo los palos de Antonio Adán se tornó en el punto necesario a la postre, para que la última jornada de Liga, para el Betis este año, no sea más que puro trámite.
Pese a ello, el meta madrileño no logró evitar el empate de los armeros, obra de Sergi Enrich. El punto y basta.
Merino: “El objetivo al fin, se ha obtenido”
“Para mí este partido era una verdadera final. Había gente ajena a este equipo que lo veía mucho más factible en todos los aspectos por los diferentes resultados que se tenían que dar. Sin embargo, he vivido tantas cosas en el mundo del fútbol que hasta que no ha sido matemático, no he podido estar tranquilo”, dijo.
Rubén Castro: “Tuve dos claras y metí un gol”
“Lo importante era que el equipo consiguiera el punto que faltaba para poder sellar la permanencia. Ha sido un trabajo muy duro. Ojalá que podamos ganar para dar una alegría a nuestra gente porque se lo merecen. En cuanto a mi acierto, tuve dos y pude meter una”, manifestó en Movistar+.