La asociación de vecinos de Valdelagrana se muestra contraria a la implantación de la zona naranja en la urbanización, a pesar de que desde Impulsa se indica que en la reunión mantenida recientemente, tanto vecinos como comerciantes estuvieron de acuerdo, debido a que proporcionará orden porque la repercusión económica en residentes y comerciantes será prácticamente nula porque se han establecido precios puramente simbólicos.
Este malestar lleva a la asociación de vecinos a presentar alegaciones (cerrándose el plazo ayer) y emprender una recogida de firmas porque entienden, como explica su junta directiva, que no va a solucionar el problema, y será una carga impositiva más.
Además, la entidad vecinal indica que se están pintando las señales en el suelo sin que el Pleno haya dado aprobación a las alegaciones, por lo que entienden que se actúa con excesiva premura, pues las alegaciones pueden provocar que se tengan que hacer alguna modificación. Recordar que en el Pleno en que se presentó la aprobación inicial, fue el concejal andalucista Carlos Coronado quien defendió la propuesta ante una oposición disconforme.
Por su parte, Impulsa indica que se ha atendido a un número importante de residentes de Valdelagrana, mostrando su satisfacción al conocer la puesta en marcha de la misma pues es una petición que se realiza desde hace tiempo, por lo que muestran su apoyo. Por ello entienden que la opinión de la entidad vecinal no ha sido emitida desde el consenso sino “de forma subjetiva y a título particular por unos cuantos vecinos de la zona”. Sorprendente es para la empresa municipal que “opinen en contra de una medida de ordenación que ha sido implantada con éxito y eficacia en otras ciudades vecinas”.
En cuanto a la campaña de firmas, “nos resulta rocambolesco que algunas de las personas que las están recogiendo son las mismas que durante estos años anteriores y hasta la fecha han venido realizando cobros indebidos en las calles y en las bolsas de aparcamiento de la playa de Valdelagrana”.
Por todo, indican que Valdelagrana tiene más de 4.000 ciudadanos, a los que han tenido muy en cuenta y en términos generales apoyan la decisión, por lo que no dan crédito a los opositores, “alentados por grupos políticos”.