Es cuestión de tiempo y de acciones. Solo es el pasar de él para constatar que los cambios no siempre son para mejorar, por muy caótico que su legado haya podido ser y por muy buenas intenciones con las que se pretenda cubrir y embelesar un Área y unas tradiciones, al igual que Turismo, está devaluada y presa de sus ineficaces apuestas.
Fiestas, su Concejalía, podría haberse convertido perfectamente en la encargada de amenizar e incluso de maquillar y endulzar una legislatura, muy a su pesar, puesta en entredicho desde su gestación. De distracción y generadora de opiniones favorables.
De incluso cumplir con el expediente.
Al contrario, por acción o por omisión, ha servido para gestar frentes, piques, controversia y maniobras que han terminado por devaluar y por colocar sobre ella una lupa de desconfianza que le acompaña en cada evento.
Cambios de rumbo que han terminado por desvalorizar y a servirla en bandeja a la crítica y a la polémica simplona. Motivos ha dado.
Los sigue dando. Ejemplos hay para llegar a justificarlos. La diana perfecta, entonces, la encontró la concejal cordobesa Rocío Luque (Levantemos El Puerto), que fue objeto de censura en cada uno de los eventos celebrados.
Los recortes en la procesión de la Patrona, más del 50%. Un ejemplo.
Prueba no superada
La renombrada velada de las Fiestas Patronales, celebrada sorpresivamente antes de la propia festividad de la Patrona (dicen por el concierto de El Barrio que se celebra este sábado), ha reabierto el debate de su idoneidad, de su ubicación, de su coste, de denominación y de su propio estilo.
De todo ello ha encontrado las voces críticas a una celebración que haya únicamente visiones favorables para el que la organiza (Ayuntamiento) y de todas las opiniones desfavorables para el que las valora (oposición). Nada nuevo. Misma historia.
Este año con su recuperación -ya fue suprimida el año pasado-, llegó a ser catalogada de “cutre”, sus “novedades” debían justificar su recuperación.
Con dos horas de retraso se procedió a una incalificable inauguración.
Menos de todo
La Feria de Primavera 2017 logró esta vez sortear el calendario y no competirá ni con el Campeonato Mundial de Motociclismo ni con el Rocío. Algo es algo. Eso sí, será la Feria más tardía de los últimos años. Se clausurará dos días antes del mes de junio.
Que la Feria portuense necesite un reseteo en toda regla es un hecho que se manifiesta cada año desde hace ya varias ediciones. Menos casetas, menos ventas y cada vez más y más complicaciones para que realmente el recinto ofrezca beneficios.
Ni que decir tiene que el próximo año el nuevo invento generado es que una consulta popular (cómo no) sea la encargada de otorgar a una población de la provincia gaditana su dedicación.
A todas luces, la apuesta aperturista y turística y por ende buscar a nuevas fórmulas de vender los encantos de la población más allá de la provincia, queda cerrada.
El reclamo que pudiera significar abrir nuevos horizontes para los que desconocen la oferta de la ciudad, ven de esta forma, cómo los que ya conocen a la población, sean ahora los designados.
Ángel Quintana, su nuevo responsable, tiene trabajo y tarea por delante.
