Luis Miguel Morales | A veces tengo la impresión que nos gusta más el problema que la solución. O si no, no se entiende que caigamos siempre en el mismo error de bulto. Amigo Quique, contéstame a una pregunta fácil y clara. ¿Crees que en la actualidad se construiría y terminaría un castillo como el de San Marcos? ¿Te contesto o ya lo haces tú? ¿O una Basílica? Te lo pongo más fácil: ¿poner un simple tabique? Hemos creado un sistema tan confuso e inútil que la involución ya no oculta sus miserias.
Por qué será que cada vez nos sorprende menos que un proyecto se desarrolle y acabe en tiempo, forma y que antes de empezar tenga ya más dudas que perspectivas en su realización.
Si complejo es considerar merecer un servicio o una infraestructura, más difícil es empezarla y terminarla. Esto es la historia interminable, Pedregal. No hay proyecto que se vea abocado a la polémica y a la frustración ante las dudas que se crean en torno a planteamientos que en la mitad de los casos son inacabados y con gestiones más que señaladas y puestas en entredicho. Ejemplos creo que hay no pocos, enumerarlos tendríamos espacio para rellenar varios periódicos.
La penúltima es la Estación Marítima que ha visto, al parecer, cómo la empresa encargada de su construcción ha entrado en concurso de acreedores. Qué raro. Un contratiempo que viene a sumar a los ya existentes que por una razón u otra siempre dicen tener una explicación razonable, pero por más que lo expliquen -en el mejor de los casos- sigue sin entenderse. ¿Cuantos años se emplearon en remodelar (que no hacer) el actual Ayuntamiento de la plaza Peral. Ni me acuerdo. Unos cuantos.
Problemas por aquí, por allá. “Que la culpa es tuya, que mía seguro que no”. Atrasos y desesperación y molestias acumuladas. No te digo ya el andamiaje de la calle Larga. ¿Diez años? Posiblemente. Cinco años se llevó el campo de El Juncal... para inaugurarlo. Un cablecito estorbaba. Ocho para acabar el pabellón de la Angelita. Había goteras y un sin fin de problemas.
Que si hasta para poner un cartelito con el nombre de una glorieta hay problemas. Tirar José Antonio o Santa Clara (diez años para dos rotondas) se está tardando lo que se está tardando. Lo dicho, compañero, como para querer levantar un tabique. Ponte en lo peor.
Quique Pedregal | Ni la Basílica ni el Castillo estarían construidos hoy. Ni la cruz de San Juan puesta, aunque esté rota. Lo justo es lo justo: el banco del beso sí que está, con gran repercusión en todo turista que nos visita. Mira, Luismi, he tenido la paciencia de coger frases de las notas de prensa que nos manda nuestro Ayuntamiento y he podido concluir que muchísimas cosas están por hacer. Me explico: se entra en faena, pero no se remata. De ayer mismo: “en próximas fechas se celebrará un nuevo encuentro para abordar todas las propuestas que están sobre la mesa y hacer un seguimiento conjunto a todas esas medidas planteadas, estudiando la viabilidad de cada una de ellas”.
Una frase que no aporta nada más que el hecho de que se ha producido una reunión y de que, suponemos, se está trabajando en ello. Otra frase: “el proyecto se encuentra ya listo para su remisión al área de Urbanismo, que deberá tramitar la licencia para la ejecución de la obra”. Del proyecto en cuestión, el que sea porque no es necesario ahondar, no tenemos ni la más remota idea de cuándo va a ser remitido a donde corresponda. Y seguimos: “a la espera de poder cerrar los flecos pendientes, y si todo avanza a buen ritmo, Urbanismo baraja la posibilidad de elevar a pleno el documento en el mes de marzo.”. Dice “baraja la posibilidad”.
Buf, complicado de conocer las cartas que hay que barajar, con las posibilidades que existen, y los documentos que tampoco sabemos cuáles son. Otras frases: “se estudia establecer un convenio de colaboración entre ‘Gatos de El Puerto’ y el Ayuntamiento”; “tras esta firma, tenemos vía libre para establecer un convenio (…) para iniciar los trámites de cara a la contratación y ejecución de las obras de la estación de autobuses”; “el posible convenio con la APBC para la recuperación de la margen derecha y la puesta en valor de la margen izquierda”; y la última: “la concejala confirma que continúan los trabajos para la remunicipalización del servicio”.
Posible, estudiando, iniciar los trámites de cara a, a la espera de cerrar, en próximas fechas, continúan los trabajos para… Y, para nuestra desgracia, lo que ya está de verdad, de verdad, de la buena, se para, se pospone o se retrasa. Termino con una frase de la FLAVE: “se justifica la falta de participación, las ausencias y errores, como todo en esta legislatura: falta de personal, restricciones presupuestarias, desconocimiento, o llevo muchas concejalías y no puedo hacer más”. ¡Qué difícil es gobernar, Luismi! Lo que yo te diga.
