Tres meses después de obtener la licencia de obra y, de según el Ayuntamiento portuense, asegurarse su “viabilidad” y “acabado”, la actividad en el aparcamiento subterráneo de Pozos Dulces se encamina hacia en ese particula déjà vu que mantiene la inacabada obra.
La parsinomiosa actividad con la que diariamente se percibe desde el exterior, es cuanto menos elocuente y pone nuevamente sobre el tapete el futuro de éste. Con la licencia de terminación de las obras de construcción del aparcamiento subterráneo de Pozos Dulces solicitada por Impulsa Aparca SL, permitió la reanudación de las obras paralizadas entonces desde hacía aproximadamente medio año (mayo de 2019), causando un grave perjuicio para todos los portuenses en general al tratarse de uno de los accesos de mayor tránsito, pero fundamentalmente para los vecinos, comerciantes y hosteleros de la zona que llevan padeciendo unas obras que comenzaron a ejecutarse en el año 2014.
Tras ir “soportando este agujero negro”, tal y como el propio alcalde Germán Beardo reconoció el pasado mes de noviembre en su visita a las obras, llegando a reconocer el lógico el escepticismo con todo lo que rodea a éste.
El propio alcalde de El Puerto se comprometió entonces “a supervisar que se vaya cumpliendo el calendario de ejecución hasta que se concluya el proyecto tanto de finalización del aparcamiento como de urbanización de la superficie”.
Anteriormente, Beardo explicó que la única opción para poder finalizar el aparcamiento y que no suponiese un coste a las arcas municipales es la entrada de un inversor y la salida de Impulsa El Puerto de la sociedad.