La ceremonia, en la que participó menos de un centenar de personas, tuvo lugar en el sitio exacto donde cayó el avión y estuvo acompañada de ofrendas florales y de un minuto de silencio.
Según declaró en su discurso el alcalde de Gonnesse, Jean-Pierre Blazy, fue un accidente que sobrepasó las barreras de la “imaginación”.
Una segunda ceremonia, reservada a los familiares y allegados del centenar de víctimas alemanas de la catástrofe y la tripulación de Air France que perdió la vida en el siniestro se desarrollará durante la jornada.
El próximo 6 de diciembre se conocerá el veredicto del juicio sobre el accidente, tras un proceso de cuatro meses que concluyó el pasado mayo.
La compañía Continental Airlines está encausada porque una lámina metálica se soltó de uno de sus aparatos, lo que, según los investigadores, pudo provocar el accidente del avión supersónico.
Los abogados de la aerolínea atribuyen la responsabilidad a Air France, propietaria del aparato, a la que acusan de ocultar pruebas de que el avión tenía sobrecarga el día del siniestro.