El PSOE tiene previsto arrancar dentro de un mes la maquinaria para su 39 Congreso, con la apertura, el 11 de abril, del plazo para la presentación de candidaturas para la Secretaría General, pero mantiene la duda sobre la conveniencia de mantener el cónclave para finales de mayo.
Cuando fijó la fecha del congreso, el pasado 30 de enero, el PSOE ya avisó de que su celebración podría variar en el caso de que haya que repetir las elecciones. En ese caso, lo inmediato sería elegir al candidato del partido, en primarias abiertas.
Sin embargo, la maquinaria para esta cita debería ponerse en marcha antes de que conocer si habrá gobierno. Según el calendario aprobado por el Comité Federal del partido a finales de enero, el 11 de abril se abrirá el plazo de cuatro días para la presentación de candidaturas y, en el caso de que haya más de uno, el 15 comenzará el de la recogida de avales.
La previsión es que, si hay más de un candidato, la votación entre los aspirantes será el 8 de mayo y el congreso que ratifique el resultado, los días 21 y 22 de ese mismo mes.
A día de hoy, no hay ninguna determinación firme tomada en Ferraz. Si se opta por cambiarlo, la decisión le corresponde al Comité Federal, que, según fuentes socialistas, puede desconvocarlo y aplazarlo en cualquier momento.
El líder de los socialistas, centrado en lograr un acuerdo para su investidura, ha asegurado que no ha dedicado "ni un segundo" a pensar en el calendario de su partido. Eso sí, ha afirmado que escuchará a sus compañeros y la decisión se tomará por "consenso".
Por lo pronto, las aguas en el PSOE bajan tranquilas. Después de las elecciones generales, la fecha del congreso fue motivo de controversia en el seno del partido, pero ahora nadie levanta la voz sobre este asunto y todas las federaciones han cerrado filas con su secretario general.
Así las cosas, a día de hoy es poco probable que, si se mantiene el congreso, Sánchez se encuentre con contrincantes de peso a mediados de abril. Si alguien están pensando en hacerle frente, puede aplazar su batalla a cuando se aclare el escenario político, ya que no es previsible que lo haga cuando Sánchez puede tener opciones de ser presidente del Gobierno.
Aun en el caso de que haya que volver a las urnas, no se puede extraer como consecuencia directa el aplazamiento del congreso, ya que, según apuntan fuentes socialistas, si no hay otros aspirantes al cartel en estos comicios, este cónclave podría ser una plataforma electoral para el candidato. En ese caso, eso sí, lo inmediato sería elegir al candidato.
¿NUEVO APLAZAMIENTO?
Si finalmente se retrasa, el aplazamiento iría más allá del inicialmente previsto por la dirección, que un día después de las elecciones del pasado 20 de diciembre ya apuntó que podría irse más allá del mes de febrero, cuando debía haberse organizado, cuatro años después del que eligió a Alfredo Pérez Rubalcaba secretario general.
Esta previsión, unida al anuncio del líder del partido de presentarse a la reelección, y al primer balance que se hizo en Ferraz de los resultados del 20D, soliviantó a algunos dirigentes de las federaciones críticas con la dirección y dio lugar a los días más difíciles del líder de Sánchez al frente del partido.
La pelea por la fecha del congreso se llevó al Comité Federal del 28 de diciembre, en el que se fijó la hoja de ruta para las negociaciones de cara a la formación de gobierno. Ese día, aunque este asunto no estaba en el orden del día y no se podía tomar una decisión, los líderes del PSOE en Andalucía, Asturias y Castilla-La Mancha se mostraron partidarios de no aplazar el congreso y mantenerlo en febrero.
La decisión se tomó el 30 de enero, también entre diferencias de los dos sectores del partido. El objetivo de la dirección era convocarlo para los días 18 y 19 de junio, pero este calendario no convenció a los críticos, que querían llevarlo a principios de mayo. Finalmente, se llegó a un consenso y se aprobó la fecha del 21 y 22 de mayo, con la votación previa el día 8 de ese mes.
Desde entonces, el ruido en torno a este asunto se ha acallado y no hay voces que, en público, aborden esta cuestión. A día de hoy, nadie apuesta por que Sánchez vaya a tener un contrincante a mediados de abril.
En el caso de que no logre ser presidente, el escenario puede cambiar, aunque sus próximos defienden que Sánchez saldrá reforzado después de meses de negociaciones en los que ha estado en el centro del tablero político, haciendo todos los esfuerzos en pro de la estabilidad del país.
No creen, así, que su figura sea puesta en entredicho para repetir como candidato a La Moncloa, especialmente si, llegado ese momento, se visualiza que los responsables de esa nueva convocatoria electoral son el PP y, sobre todo, Podemos.