Un grupo de rebeldes chiíes yemeníes que opera en el nordeste del país secuestró a quince trabajadores locales de la Cruz Roja, según denunciaron ayer fuentes oficiales.
Un grupo de rebeldes chiíes yemeníes que opera en el nordeste del país secuestró a quince trabajadores locales de la Cruz Roja, según denunciaron ayer fuentes oficiales.
El gobernador de la provincia de Saada, Hasan Mohamed Mana, dijo a la televisión yemení que el secuestro fue perpetrado en el área de Anad, cerca de la frontera con Arabia Saudí.
Acusó de ello a rebeldes hutíes leales al líder tribal Badr al Huthi, enfrentado al Ejército y al Gobierno yemení de Ali Abdalá Saleh.
El gobernador dijo que entre los secuestrados hay doctores y enfermeras. La acción no ha sido confirmada por los rebeldes por los canales habituales. Mana también dijo que cerca de 17.000 familias han tenido que abandonar sus hogares huyendo del conflicto armado en su provincia.
Por otra parte, fuentes oficiales yemeníes dijeron que el Gobierno ha cortado todas las comunicaciones en la provincia de Saada como parte de las medidas para presionar a los rebeldes chiíes e impedir comunicarse entre ellos.
El Gobierno yemení propuso a los insurgentes una serie de condiciones para poner fin a la ofensiva militar que inició el martes pasado, y ayer mismo fue rechazada por los hutíes.
Entre las condiciones figuraban la retirada de los rebeldes de todos los lugares que mantienen bajo su control y la entrega de todas las armas capturadas en anteriores enfrentamientos con el Ejército.