La directora de la Escuela Judicial, la magistrada Gemma Espinosa, ha reconocido este martes que "ahora no" va tranquila por la calle, ya que ella y su marido, el magistrado del Tribunal Supremo que instruye la causa por el procès, Pablo Llarena, se han visto obligados a llevar escolta en Barcelona, donde residen.
En una entrevista con Cope recogida por Europa Press, Espinosa respondía así a la pregunta directa de si transitaba tranquila por las calles: "No, ahora no, porque la verdad es que ahora tenemos escolta y protección, pero creo que esto va a durar muy poco, que la gente va a reflexionar y van a volver las cosas a la normalidad".
Espinosa, que ha reconocido haber "recibido amenazas o advertencias", incide en que en su opinión, "son casos aislados" y pone en valor que "del mismo modo" han recibido "innumerables muestras de apoyo" de personas diversas, dentro y fuera de Cataluña e incluso de posiciones políticas próximas al independentismo.
"Sí, ha habido amenazas, todas estas cosas que se han visto, pero desde luego hemos recibido el apoyo de muchísima gente de los dos posicionamientos ideológicos o sea que la gente sabe distinguir (...) sabe que una cosa es el trabajo que hace mi marido y otra es la cuestión política", ha comentado.
La magistrada apunta además que "hay otros jueces catalanes que han recibido esas pintadas y esas amenazas". "No somos los únicos. Pero yo creo que es una minoría exaltada. El pueblo catalán es pacífico y eso no se va a tolerar por la sociedad. No lo van a permitir", ha asegurado.
Por otra parte, Espinosa se ha referido al acto de entrega de los despachos judiciales que este lunes presidió el Rey Felipe VI en la Escuela Judicial en Barcelona, para destacar "el apoyo recibido" por parte del Jefe del Estado y sus palabras sobre la independencia judicial y la importancia de su labor.