Y es que las crisis no pasan de largo, por algo son crisis. Dejan sus huellas, sus cicatrices. Algunas de ellas son visibles en la geografía urbana de las ciudades, y Alcalá no es una excepción. En los últimos dos meses parece haberse acelerado una especie de proceso de despoblación comercial que, aunque pudiera parecer más acusada en el centro urbano de Alcalá, afecta a toda la ciudad. De hecho, es en la zona sur, donde más palpable se hace el parón económico por el que actualmente atravesamos. Según los datos propios contabilizados por este medio y correspondientes a esta segunda quincena de agosto, son más de 140 los locales comerciales en alquiler o venta que en estos momentos se encuentran vacíos en Alcalá. La cifra supone, aproximadamente, un 12% más que los existentes hace un año, en agosto de 2008. El reparto es, sin embargo, desigual.
La zona sur de Alcalá la Real, sí consideramos ésta toda el área situada por debajo de la calle Miguel Hernández, es, sin lugar a dudas, la que presenta un índice de ocupación de locales más bajo y, por tanto, donde la imagen de la crisis económica es más nítida. Sólo en esta zona se contabilizan alrededor de 90 bajos comerciales sin ocupar, en alquiler o en venta. Destacan vías como la Avenida de Andalucía, en cuya parte baja se ha localizado el área de expansión por excelencia de la ciudad. Las numerosas promociones de bloques de viviendas estaban convenientemente surtidas de un gran número de amplios bajos comerciales, en la mayoría de los casos ideados para grandes comercios, alumbrados por una época de optimismo y excelentes expectativas en las que las previsiones de ocupación parecían inmediatas. Hoy, buena parte de estos locales siguen “en bruto”, con sus escaparates enladrillados y a la espera de un inquilino que no llega.
Curiosamente, en una situación similar se encuentran zonas como El Campero, de no tan reciente construcción, pero, cuyo relativo aislamiento es motivo suficiente para que numerosísimos locales se encuentren aun incluso sin estrenar. Al fin y al cabo, se trata de una zona que no había arrancado aun, incluso en la época de las vacas gordas, sujeta, quizá, a la esperanza de que la Piscina Cubierta que se construye en las inmediaciones sirva como factor de revitalización. Más triste es, sin embargo, la situación de la Avenida de Iberoamérica que es, en estos momentos, la calle de Alcalá la Real con mayor porcentaje de sus locales comerciales cerrados. Esta vía, en otro momento animada, entre otras cuestiones por sus precios más atractivos que en zonas céntricas, es ahora una sucesión de sombríos y sucios escaparates, en muchos casos con los letreros de los comercios que en ellos iniciaron su actividad y murieron en el intento.
Sólo las “avenidas” parecen aguantar el chaparrón. La Avenida de Europa y la Avenida de Andalucía parecen ser las únicas que, pese a la situación, mantienen cierto dinamismo y ven como se abren nuevos comercios en ellas.
En conjunto, en la zona sur de Alcalá, el número de locales sin actividad ha crecido alrededor de un 10% en el último año. Sin embargo, en el centro de la localidad -zona comprendida entre la calle Miguel Hernández y La Tejuela- el incremento llega al 15%. Probablemente, porque es la zona céntrica, los estragos de los malos tiempos parecen ser mayores. Y es curioso, porque cuando se pregunta, casi todos coinciden en una cuestión: lo malo no es como está sino como se va a poner. En esta zona del centro de Alcalá se concentran más de treinta locales sin alquilar.
Paradójicamente, y a diferencia de lo que está ocurriendo en otras ciudades, los precios, a pesar de esta realidad poco alentadora, se mantienen imperturbables. Según los datos suministrados por Bolsa Inmobiliaria, el alquiler de un local medio, de entre 75 y 100 metros cuadrados, sigue costando, en la actualidad, entre 500 y 600 euros mensuales, dependiendo de la calle y de las condiciones del propio inmueble. En La Tejuela, un local medio similar viene a costar unos 400, mientras que en la zona sur, los precios oscilan entre los 300 y 400 euros/mes.
Precios altos, escaso margen de beneficios, impuestos altos, necesidad de inversiones importantes, en muchos casos, e, incertidumbre, mucha incertidumbre, parecen componer el cóctel perfecto para desanimar a cualquiera que baraje la opción de crear su propio negocio. Por si fuera poco, los bancos siguen sin ayudar y, en lineas generales, la financiación sigue siendo el gran handicap al que se tienen que enfrentar los pocos emprendedores que, pese a todo lo anterior, mantienen la ilusión de crear su propio puesto de trabajo, pero no tienen el dinero contante y sonante para hacerlo. Las entidades bancarias siguen mirando con lupa cada petición de préstamo y, sí no hay de donde agarrar, pues hay bastantes papeletas de que el futuro negocio siga siendo eso: futuro.
La peor es que, por mucho que los grandes de las finanzas de Wall Street hablen de brotes verdes, aquí, nadie que conozca mínimamente el sector del comercio vaticina una mejoría a corto plazo. Más bien al contrario. Los numerosos comercios que ya han anunciado su inminente cierre en Alcalá nos indican que, lejos de mejorar, la situación probablemente vaya a peor en los próximos meses. En un municipio eminentemente agrícola, apegado a la pequeña propiedad privada familiar y al olivar, como es el nuestro, una hipotética recuperación durante el próximo otoño/invierno queda más supeditada a la recuperación del precio del aceite que a cualquier otro indicador. Y esta recuperación es, a día de hoy, una incógnita.
En cualquier caso, la situación dista de alcanzar los límites a los que llega en la capital más cercana: Granada. En esta ciudad, entre el 30% y el 35% de los locales del centro están ya vacíos. No hay demanda y los precios han bajado, en algunos casos, hasta la mitad. La necesidad es la que manda en cada caso. El precio depende del cliente, pero han bajado más de un 15% en los últimos meses y a primeros de año ya habían descendido. Un hecho que, por lo pronto, aun no se ha producido en Alcalá, aunque, si la situación sigue deteriorándose, todo se andará.
