El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya calienta motores para las movilizaciones feministas del próximo 8 de marzo y este sábado ha acusado a las tres formaciones de derecha que representan PP, Ciudadanos y Vox de pretender hacer de las mujeres "ciudadanas de tercera".
En la clausura de la convención que el Partido Socialista Europeo (PES) celebra desde el viernes en Madrid, Sánchez ha subrayado la torpeza que cometen estos partidos "en el siglo de las mujeres". "Quieren expulsar a las mujeres y van a ser ellos los expulsados precisamente por las mujeres", ha vaticinado Sánchez, que no comprende "qué le pasa a la derecha" con el sexo femenino.
"Unos defienden los vientres de alquiler -haciendo referencia a Ciudadanos--, otros la supresión del aborto, --en alusión al partido de Pablo Casado-- y otros banalizan con la violencia de género (Vox)", ha espetado Sánchez, que promete que "mientras haya un presidente socialista" se defenderá la igualdad entre hombres y mujeres.
Ante la amenaza de que las tres derechas gobiernen y hagan retroceder a España y los derechos de las mujeres, Sánchez ha subrayado la necesidad de que, en las próximas elecciones generales del 28 de abril, no sólo se movilicen los ciudadanos de izquierda, sino la España "cabal y moderada que quiere un país que conquiste su futuro".
Una movilización que tiene que empezar, ha defendido, llenando las calles este próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, haciendo frente "a los que quieren involucionar".
En su intervención, Sánchez ha dirigido sus dardos especialmente contra Ciudadanos, un partido que, en su opinión, ya no es ni siquiera liberal y a quienes ve "vacíos de principios y llenos de oportunismo" al atarse a la ultraderecha "porque las encuestas les van mal" mientras establecen un cordón sanitario en torno al PSOE, el partido que, ha remarcado, ha liderado las grandes conquistas de derechos y libertades en este país.
"Dejemos de llamar liberales a quien no lo es, porque los liberales en Europa defienden las libertades", ha puntualizado.
Frente a la "involución" que proponen las tres derechas, Sánchez ha resaltado que el cambio en España para mejorar las políticas sociales ya empezó cuando el PSOE llegó a La Moncloa hace nueve meses sustituyendo "la esperanza" por la "resignación" y dejando paso "al futuro" frente a la política del pasado que, según considera, defiende el Partido Popular.
Tras destacar que en ese frente de la involución "hay más siglas que ideas", ha advertido de que en los comicios del 28 de abril está en juego, por tanto, qué España quieren los ciudadanos, si una "que avance" u otra que retroceda", una en la que quepan todos o sólo "los tres de la plaza de Colón".
EL PP DE CASADO, MÁS RETRÓGRADO
Sánchez ha lamentado que el nuevo PP no quiera avanzar en las políticas sociales que "se han logrado en estos 40 años de Constitución" y tenga una posición incluso más retrógrada que el partido que dirigía Mariano Rajoy.
En este sentido, ha recordado que cuando el socialismo tenía "una conquista social, el PP se sumaba tarde, pero bueno, al menos llegaba".
Sin embargo, ahora "no es que llegue tarde ni a rastras, es que no quiere llegar", sino "dar marcha atrás y poner un freno a España" que el PSOE "no va a permitir" que se lleve a cabo en la próxima legislatura.
"La diferencia entre la derecha y la izquierda es que los conservadores quieren el progreso de unos pocos a costa de la mayoría y el PSOE lo quiere para todos", ha aseverado Sánchez, que se ha comprometido con "un contrato social" que avance en políticas sociales, como la educación, el medio ambiente, la igualdad o el sostenimiento del Estado del Bienestar.
ARROPADO POR LA FAMILIA SOCIALISTA EUROPEA
En estos dos días de convención de los socialistas europeos en Madrid, Sánchez ha estado arropado por el líder laborista británico, Jeremy Corbyn, con el que se reunió el viernes, y los primeros ministros de Suecia, Stefan Lövnen; Portugal, Antonio Costa, y Rumanía, Viorica Dancila, junto con el candidato común de los socialistas a presidir la Comisión Europea, Frans Timmermans.
Costa, que ha intervenido en la jornada de este sábado, ha subrayado que las elecciones generales del 28 de abril son "tanto o más importantes" que las europeas porque en el Consejo Europeo, cada país es un voto, mientras que en la Eurocámara, los países más grandes -y por tanto con más número de parlamentarios-- pueden compensar a las naciones más pequeñas. "¡Por eso necesitamos que el voto de España en el Consejo Europeo sea el de Pedro!", ha remarcado.
El primer ministro portugués ha llamado la atención sobre el hecho de que las elecciones al Parlamento Europeo del 26 de mayo serán las primeras en las que voten los niños y niñas nacidos en el siglo XXI y ha opinado que en esos comicios se libra la "batalla entre la esperanza y el miedo que está impulsando el populismo que mina la democracia, amenaza la paz, compromete con el proteccionismo el desarrollo económico" y "refuerza el racismo".
Por su parte, el primer ministro de Suecia, Stefan Löfven, ha insistido en que "los valores de Europa están en peligro" con el auge de la extrema derecha. Por ello, se ha dirigido a los ciudadanos para asegurarles que "los extremistas no tienen la respuesta" para avanzar en el futuro de Europa, puesto que sus políticas pretenden "enfrentar al pueblo", al contrario que los socialdemócratas que tienen como objetivo "resolver los problemas cotidianos" de los hogares europeos.
La misma idea han compartido la presidenta del Partido Socialdemócrata alemán (SPD), Andrea Nahles, y la presidenta del Partido Socialdemócrata austriaco (SPÖ), Pamela Rendi-Wagner, al considerar que Europa está "amenazada" por aquellos que "intentan erosionar el sistema del bienestar" poniendo "en tela de juicio" los valores de la democracia.
El candidato Timmermans, que ha protagonizado en estos dos días algunas de las intervenciones más encendidas, se ha comprometido, si llega a presidir la Comisión, a poner coto a las multinacionales que tienen beneficios millonarios y que, sin embargo, apenas pagan impuestos.
En su opinión, Europa no puede competir en el mundo globalizado "con sueldos bajos" y para que los trabajadores reciban remuneraciones dignas, se necesita una fiscalidad justa.
También se ha comprometido a apoyar con fondos estructurales de la UE a aquellas ciudades que destinen proyectos urbanísticos a vivienda social, porque los precios actuales de la vivienda en prácticamente toda Europa dificultan que los jóvenes puedan crear una vida en familia tal y como les gustaría.
Otra de las promesas que ha adquirido Timmermans y con la que cerró su intervención ha sido la de "prohibir" la violencia de género de manera "firme" y eliminar la brecha salarial que existe entre hombres y mujeres.