El presidente de JxCat en el Parlament, Albert Batet, ha avisado este lunes de que el Estado debe reconocer a Cataluña como nación en la mesa de diálogo entre gobiernos si quiere avanzar y no caer "en saco roto".
En un artículo en La Vanguardia, ha asegurado que la mesa de diálogo sólo fructificará si hay "una aproximación sincera del Ejecutivo español que debería empezar por el reconocimiento de Cataluña como nación".
"Sin este ejercicio de honestidad, que rehuya los intereses partidistas y coyunturales, será imposible contraponer las respectivas soluciones y, en consecuencia, la negociación caerá en saco roto", ha apuntado.
Este mensaje va en la línea de las declaraciones del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, que el jueves pidió que el gobierno reconozca a Cataluña como nación para poder avanzar en la mesa de diálogo, algo que el viernes reiteró la consellera de Presidencia, Meritxell Budó.
El mismo viernes, el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, replicó a esta demanda: "Que Cataluña es una nación es un hecho. Bienvenidos sean los reconocimientos, pero ya lo hemos reconocido nosotros".
Batet, también ha defendido que debe establecerse un marco de garantías sobre el cumplimiento de los acuerdos que puedan adoptarse ante "los incumplimientos reiterados del Estado" que, a su juicio, deben pasar por el derecho a la autodeterminación, la amnistía y acabar con la represión, según sus palabras.
"Mientras, tenemos el reto de seguir fortaleciéndonos y la obligación de seguir persistiendo. En la calle, en la prisión, en el exilio, en las urnas y en las instituciones", ha recalcado Batet.
En su opinión, Cataluña necesita combinar dos estrategias para resolver el conflicto político con el Estado, la negociación política y la confrontación democrática y pacífica, porque "son dos caras de la misma moneda".
Además, considera que "sólo desde un interés de parte o de una voluntad expresamente desmovilizadora se pueden contraponer negociación política y confrontación democrática porque la confrontación representa la fuerza de la gente".
Sin embargo, admite que la posición de JxCat sobre el éxito de la negociación parte de un "escepticismo empírico por el menosprecio y los agravios históricos que sufre Cataluña en forma de déficit fiscal, de falta de inversiones o la laminación del autogobierno".
"Pero, sobre todo, porque, desde el inicio del 'procés' hasta ahora, no ha existido ninguna propuesta constructiva del Estado para resolver el conflicto", ha lamentado.