Este año el precio del kilo de pepino ha bajado de 60 céntimos a menos de 16
España es la "huerta de Europa", pero las altas cifras de producción nacional y de entrada de producto internacional ponen de nuevo en peligro la rentabilidad y el futuro del sector, que demanda ayudas y que se frenen las crecientes importaciones desde Marruecos.
Esta "tormenta perfecta", como la denominan fuentes del sector, se cierne de nuevo sobre la producción española de hortalizas, que atisba en el horizonte que la situación deje de repetirse, ni siquiera con la modificación de la ley de la cadena alimentaria que ha impulsado el Gobierno tras las tractoradas agrarias con las que comenzó este 2020.
Las hortalizas españolas de invierno no están dejando márgenes a los productores este año: un kilo de pepino se ha llegado a pagar estas semanas a menos de 16 céntimos y uno de tomate liso, a 14 céntimos; la bajada de precios no se ha trasladado al consumidor europeo, según las asociaciones agrarias.
El presidente del Consejo Sectorial de Cooperativas Agro-alimentarias de España, Juan Antonio del Real, explica a Efe que esta fuerte caída de todas las cotizaciones en octubre y noviembre ha activado de nuevo todas las alarmas en zonas como Almería, Granada o Murcia, donde se ha producido protestas.
Del Real, que también es presidente de la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería (Coexphal), cuenta que de forma conjunta el sector ha acordado retirar del mercado el 30 % de la producción de pepino, por el que el año pasado recibían en estas fechas hasta 60 céntimos por kilo.
Cree que la situación es fruto de una combinación de varios factores, entre ellos que en las últimas semanas las temperaturas han estado por encima de lo normal en el sureste de España y el norte de Europa, lo que ha provocado un aumento de la oferta.
A su juicio, la ley de la cadena alimentaria es "utópica e inaplicable" con los cambios que ya han entrado en vigor: "Ahora mismo, aunque los precios estén bajos", incluso por debajo de los costes de producción, "hace falta vender para que al final de la campaña salga una media ponderada decente".
La federación hortofrutícola Fepex, en la que están integradas Coexphal (Almería) y Proexport (Murcia), entre otras, ha solicitado al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que traslade a la Comisión Europea (CE) la necesidad de nuevas medidas excepcionales de gestión de crisis ante la "grave situación de bajos precios".
También que Bruselas active las cláusulas de cooperación y salvaguardia para frenar el incremento de las crecientes importaciones hortofrutícolas de Marruecos a bajos precios, cuyos envíos de tomate a España superaron por primera vez la pasada campaña el volumen exportado desde los invernaderos almerienses.
Fepex recuerda, además, que Holanda ya ha conseguido que su producción compita con la española durante todo el año.
La asociación UPA-Andalucía, con datos de Comercio Exterior de la Agencia Tributaria, cifra en 428.640 toneladas los envíos de frutas y hortalizas desde Marruecos entre enero y septiembre de 2020, frente a las 361.000 toneladas del total del ejercicio 2019.
El responsable técnico de Asaja nacional para frutas y hortalizas, José Ugarrio, cree que los "ruinosos precios" en Murcia y Andalucía no obedecen a una superproducción y considera que "donde hay que poner el foco es en el cuello de botella de la distribución".
Desde COAG, su responsable de frutas y hortalizas, Andrés Góngora, apunta que durante los primeros días de diciembre "algunas cotizaciones, como las del tomate o calabacín, han mejorado algo, pero no de forma sustancial -el del pepino sigue hundido-", y "continúan por debajo del coste de producción".
La climatología suave de noviembre ha acelerado el crecimiento y la maduración de los cultivos y ha hecho que haya más producto en la cadena alimentaria, según Góngora, quien también menciona los efectos de competencia marroquí: en los mercados mayoristas españoles hay tarrinas de tomate cherry de 250 gramos a 20 céntimos.