El Granada logró este domingo ante el Sevilla por 1-0 su primera victoria de la temporada, un triunfo que sirvió para que el cuestionado técnico Robert Moreno tome oxígeno, algo que hizo agarrándose a muchos de los principios que permitieron al equipo brillar en los tres últimos años con su antecesor Diego Martínez al frente del mismo.
Tras acumular tres empates y cuatro derrotas en las siete primeras jornadas, el Granada se topó con la victoria cuando el preparador ya estaba en la cuerda floja y más difícil parecía, al tener enfrente a un Sevilla invicto aún esta temporada.
Sin embargo, el cuadro rojiblanco se apoyó en muchos de los principios y los valores, tanto futbolísticos como intangibles, de sus tres exitosas campañas anteriores para doblegar a los sevillistas, estrenar su casillero de victorias y coger aire saliendo de los puestos de descenso antes del parón de selecciones.
Portería a cero, efectividad en ataque, trabajo solidario y práctico sin balón y capacidad para gobernar el encuentro se tenga o no la posesión del esférico fueron las claves en que se basó para vencer al Sevilla un Granada que, independientemente del resultado final, mejoró sus sensaciones y sus prestaciones respecto a encuentros pasados.
De los 16 futbolistas usados por Moreno durante el choque, once ya estaban en el Granada la pasada campaña, con ilustres veteranos como Víctor Díaz, Ángel Montoro, el francés Maxime Gonalons o Joaquín Marín 'Quini' echándose al equipo a sus espaldas para que el Granada volviera a ser el bloque fiable, fuerte y duro del pasado que esta campaña apenas se había visto.
Además, el técnico recuperó la llegada del equipo al estadio en autobús para que pudiera ser recibido por la afición de forma multitudinaria, pese a la lluvia, y la comunión entre la grada y el terreno de juego fue total en el primer encuentro sin limitaciones de aforo mucho tiempo después.
Es tan alargada la sombra de Diego Martínez en este Granada que Moreno, aparte de algunos principios futbolísticos, también ha variado en las últimas semanas su discurso en rueda de prensa, pareciéndose cada vez más al del gallego para tratar de encontrar el cariño de una afición que le recibió con una sonora pitada antes del duelo ante el Sevilla.
El gol de Rubén Rochina, que al final dio la victoria al equipo, lo mostrado por los jugadores en el campo y, sobre todo, la sensación transmitida de que este es el Granada que la grada quiere ver, convencieron por fin a la hinchada rojiblanca, que ha tardado ocho jornadas en reencontrarse con el Granada de siempre.
El parón por compromisos internacionales y el aplazamiento del choque ante el Atlético de Madrid dejarán casi tres semanas sin partido oficial al cuadro rojiblanco antes de una triple jornada en apenas ocho días con encuentros ante Osasuna, Getafe y Levante para confirmar si de verdad se ha producido o no el punto de inflexión que tanto buscaba el equipo y todo irá ahora a mejor.
De lo que no cabe duda es de que de Robert Moreno se ha agarrado al pasado para enderezar el presente, que pese a llegar con otras ideas ha tomado los principios que hicieron triunfar al Granada anterior para levantar el vuelo del equipo y salvar la primera gran situación complicada de la temporada.