Se trata de una operación coordinada entre la Policía Nacional y el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) cuyas diligencias arrancaron en 2009, cuando unas detenciones relacionadas con el tráfico de drogas revelaron que algunos asesores fiscales habían aconsejado a los líderes de las redes de distribución de drogas invertir sus ganancias en el mercado inmobiliario para así blanquear el dinero.
Ya el miércoles de la semana en curso, la operación se tradujo en varias detenciones en el barrio marginal de Huerta Carrasco, en Motril, y el registro de varias oficinas de asesorías e inmobiliarias.