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Huelva

Cuando la política es el problema

Polémica en Villalba del Alcor tras suspenderse un festival taurino benéfico al descolgarse la alcaldesa de su compromiso de colaboración. La empresa organizadora se muestra indignada mientras la regidora reconoce que se precipitó al comprometerse

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  • Los dípticos del festival -

Dicen que la política es el instrumento para transformar la sociedad pero a veces es al contrario y sucede que la política se convierte en el problema. Eso parece haber sucedido en Villaba del Alcor, donde se ha suspendido la IV Feria del Toro, el Caballo y la Tapa (del 1 al 3 de marzo) después de que la alcaldesa, Manuela Daza, comunicara a los organizadores del evento, la empresa Villaltauro, que no iba a poder hacer frente a su compromiso: 5.000 euros (de los 95.000 que se iban a invertir) y adecentar los terrenos en los Llanos de Santa Águeda para que se pudiera instalar la plaza de toros portátil que iba a acoger un festival taurino benéfico en el que participarían, entre otros, figuras de la talla de Javier Conde o Canales Rivera.

En el pueblo están que trinan y no tanto porque no haya dinero, que eso era de sobra conocido, sino porque todos se preguntan por qué la alcaldesa se comprometió a colaborar, incluso con el subdelegado del Gobierno en Huelva presente, con el festival. Cáritas Parroquial, y su labor social, es la principal afectada, que sólo percibirá lo que los establecimientos colaboradores se dignen ahora a aportar y a los que Villaltauro, la otra parte perjudicada, tendrá que devolver el dinero.

Decisión unilateral

Desde Villaltauro se muestran indignados por la decisión unilateral de la alcaldesa, por el desdén y desprotección al que se han visto avocados porque, insisten, ya no hay vuelta atrás porque cuando la primera edil villalbera comunicó su renuncia ya era demasiado tarde. “Hay unos plazos con Gobernación, una documentación que presentar, estábamos ya a contrarreloj”, relatan para asegurar que aunque le dieron tiempo para recapacitar, el lunes hubo que comunicar a todos la suspensión del festival. Y con la cartelería hecha. “En ningún momento había expresado duda alguna sobre la capacidad del Ayuntamiento de colaborar”, insisten.

Cierto que la alcaldesa les propuso usar la caseta municipal y que el festival taurino siguiera adelante pero “el montaje de la carpa estaba firmado”, igual que los estand para los bares y las asociaciones benéficas. “Sin subvención también se hace, pero no había tiempo”, dicen.

Tres días de festival taurino, incluyendo figuras de renombre, novilleros y rejoneo, una carpa con precios populares con la participación de bares de la localidad y estand para las tres asociaciones benéficas a las que se pretendía ayudar. El abono, 30 euros, y las peonadas a generar, de 40 a 60, dato que es el que más duele a Villaltauro: “Era una cosa buena para el pueblo”, se lamentan para preguntarle indirectamente a Daza “¿Por qué te comprometes si no sabías de dónde sacar el dinero?”

La visión de la alcaldesa villalbera es menos “vehemente”, aunque reconoce que quizás “nos hemos precipitado” al decir que sí  tan rápidamente sin consultar al secretario, un compromiso que, explica, vino motivado “por las prisas” con las que le llegó la empresa organizadora.

“Siento haberme equivocado”

“Siento haberme equivocado pero era el mejor momento para echarme para atrás”, asegura explicando que ni había una partida específica para esa aportación -debía ser aprobada posteriormente por el Pleno aunque contaba con el apoyo de dos grupos y también del pueblo, que respaldaba el festival- ni se había presentado el proyecto en el registro con el mes de antelación que marca la Ley.

“A día de hoy no hay ni un papel”, asegura Manuela Daza apuntando que se debe a la legalidad, que debía garantizarse la seguridad del festejo y ver las repercusiones que tendría la inversión del Ayuntamiento, porque no sólo era adecentar los Llanos, sino también el servicio de basuras o los aparcamientos.

Asegura que ni fue una decisión unilateral ni se comprometió con el Subdelegado “a nada” y aunque reconoce su “pelín de torpeza” por tener que consultarlo todo al secretario, está dispuesta a retomar el festival o más adelante o en el año próximo pero “con toda la documentación”.

Así las cosas, Villalba del Alcor vuelve a quedarse un año más sin este festival y no parece que las heridas que ha abierto la política se cierren en poco tiempo.

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