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Huelva

Para el pueblo con el pueblo

La Hispanidad no se libra de los males comunes de esta época de crisis, pero en su asociación tiene un elemento vertebrador que da a sus vecinos multitud de opciones para el desarrollo social y la convivencia, sin tener que depender de las paradas subvenciones municipales

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  • Colegio La Hispanidad -

Las calles de La Hispanidad ofrecen la imagen tristemente común de esta época de penurias económicas. Demasiados chavales reunidos en las aceras en horas laborales, víctimas de la falta de opciones, que hacen de los corrillos la mejor manera de no mirar el reloj con desesperanza; más de uno y de dos y de tres locales cerrados a la espera de tiempos mejores para abrir sus puertas y reactivar la actividad comercial de la zona...

Nada novedoso, por desgracia, respecto a otras fotografías de barrios onubenses. Pero en su asociación de vecinos tiene un elemento vertebrador impresionante, dando opciones a la cohesión social de una barriada que, aunque tuvo tiempos mejores, puede presumir de una sede vecinal que se vuelca para que sus habitantes tengan un dinamismo de actividades, que sobreviven para el pueblo y con el pueblo, sin perder el tiempo en lamentar la poca ayuda que en esta época pueden aportar las administraciones.

Viva Huelva paseó durante una mañana por La Hispanidad, acompañado por  Andrés García, presidente de su asociación de vecinos, y comprobó ‘in situ’ que si se quiere, se puede, y que estar parado no es lo mismo que estar quieto.     

De todo un poco
La Plaza de los Descubridores es el punto neurálgico de una barriada que nació allá por los años 60, cuando el boom del Polo Químico. Allí, se ubica el centro social que sirve de sede para la asociación vecinal, que ha sabido aprovechar su espacio para ofrecer una amplísima gama de actividades. Dice Andrés García que a día de hoy “la asociación está más fuerte que antes, pero antes el barrio estaba más fuerte que la asociación”. Cosas del cambio social. “Hemos ido de más a menos”, dice el representante vecinal. Algo normal cuando la población ha ido envejeciendo: “El 65% de la población tiene más de 65 años”.

Pero la asociación está pensada para todos los habitantes de La Hispanidad. En su espacio, se ofrece de todo un poco. Sirva para ello la siguiente enumeración de acciones que alberga el centro social, en la que, seguro, se nos escapa alguna. “Es un arbol con muchas ramas”, resume Andrés García:

Un bar, una peluquería de caballeros y otra de señora, y un centro de estética; un centro de adultos; la hermandad del Cautivo de la Semana Santa; la cruz de mayo; una asociación deportiva con el club de tenis de mesa como abanderado, llevando el nombre del barrio por toda Andalucía; una asociación de amas de casa; una pista polideportiva; locales para ensayos de grupos de música; un salón de actos multifuncional; un ATS que atiende a los vecinos una hora al día; la federación de pesca provincial... y uno de los referentes del barrio y de la comunicación onubense, Hispanidad Radio. 27 años de vida recién cumplidos dando voz a todos los colectivos y actividades de la barriada.

“Unas 400 personas al día pasan por aquí”, calcula García. No es de extrañar con esta amalgama de oferta que cerca del 10% de la población de la barriada utilice algunos de los servicios de la asociación.

Quitar las barreras arquitectónicas
Teniendo en cuenta que de los alrededor de 5.000 habitantes de La Hispanidad, unos 3.000 tienen más de 65 años, hacer del barrio un espacio cómodo se convirtió en una prioridad. Así, dentro del Plan Integral del Distrito V, La Hispanidad se centró como principal objetivo poner ascensores en los 122 bloques de la barriada que, y hacer que para muchos de sus ciudadanos su casa dejara de ser una cárcel. Todos están ya aprobados, 18 se han colocado y ya funcionan, 9 se suponen que son inminentes, y el resto tendrá que esperar  a que amaine el temporal de la crisis y la Junta pueda dar forma a la partida presupuestaria.  

Además, el barrio ya está acondicionado  tanto para la autonomía de las personas con movilidad reducida como para que coches de emergencias puedan entrar en sus plazas.

Pero no es oro todo lo que reluce. Y el barrio también esconde rincones víctimas del abandono en su mantenimiento por parte de los servicios municipales. Destaca sobremanera algo que algún día parece que fue un parque infantil, y que hoy es una pequeña jungla en la trasera de la calle Góngora. Otro de los aspectos denunciados por los vecinos al Ayuntamiento es el del acerado de Rubén Darío, que presenta mordiscos por todos lados.

En cuanto al mantenimiento de sus jardines, como en el resto de barrios, el parón por el ERTE que hubo en Urbaser mermó la imagen, pero según describe Andrés García, “fueron los propios vecinos los que se organizaron para arreglarlos”.
 

Es un pequeño paseo por un barrio con identidad propia, bien vertebrado por su asociación vecinal, que sabe autofinanciarse para que a sus vecinos no les falte algo tan simple como esencial: cosas que hacer.

Trabajo en pos de la cultura emprendedora en jóvenes
“El principal problema del barrio es el paro”, dice Andrés García, que recuerda a los intermediarios políticos onubenses que “deberían obligar a los inversores que lleguen a contratar a los parados onubenses”. Pero ya se sabe eso de Mahoma y la montaña.

Así que, dentro de sus limitaciones, la asociación trabaja en coordinación con el Colegio La Hispanidad en un proyecto en pos de fomentar la cultura emprendedora entre los chavales. Así, “estamos intentando que los chicos que van saliendo del colegio y no quieren seguir estudiando, pongan negocios en los locales que hay vacíos en el barrio”. La idea está sobre la mesa y ahora mismo se está llevando a cabo el “estudio jurídico” para darle forma.

Sería una forma de aliviar la alta tasa de inactividad laboral de la barriada, y de dar algo de salida a la juventud de un barrio que en lo que a actividad comercial y movimiento de empleo tuvo tiempos mejores.
  
El centro para jóvenes
Entre las actividades que se llevan a cabo dentro del Plan Integral Distrito V, destaca el programa ‘La calle como espacio vital’, en el que, a través de la labor de trabajadores sociales se lucha por, entre otros aspectos, evitar el absentismo escolar, algo que en esta barriada en particular “no notamos por fortuna, pero que sí que hay mucho absentismo en el distrito”.

Pero, como ya se ha señalado, las calles están demasiado llena de jóvenes. Y algunos de ellos tratan de subsistir de formas no muy aconsejables: “Ha crecido la venta al menudeo”, señala el representante vecinal, que considera como objetivo primordial recuperar el centro juvenil. “Tenemos hecho hasta los estatutos, pero dependemos de poder captar a los chicos, algo que no nos está resultando fácil”.

Para que estar en la calle no esté directamente relacionado con malos vicios, el deporte es una de las armas más valiosas. En este aspecto, en el barrio toma especial importancia la labor que se desarrolla en la Asociación Deportiva Amistad Hispanidad, en la que el fomento del deporte y los valores que conlleva su práctica se presenta como un pequeño gran oasis en el desierto de iniciativas concretas para el buen desarrollo de la juventud de La Hispanidad.

Recoger la caca de los perros tiene premio
Es una estampa demasiado habitual en la mayoría, si no todos, de barrios onubenses. La caca de los perros por el suelo, que obliga en muchas ocasiones a tener que pasear con la cabeza gacha para no llevarte un regalito en forma de suela llena de mierda. Es cuestión de educación.

Por eso, a los representantes vecinales de La Hispanidad se les ha ocurrido la simpática idea de premiar a aquellos dueños de perros que tengan como norma recoger la caca que sus canes dejan en las calles. De esta manera, en las fiestas de La Hispanidad, con el 12 de octubre como fecha principal, se darán diferentes premios a los vecinos que lo hagan. Y que sirva de ejemplo para los que no lo hacen. “Se nos ocurrió que podía ser una manera de incentivar esta práctica, y por eso estamos pendientes de quien lo hace y de quien no lo hace, y premiaremos en las fiestas a los que lo hagan”.

En cuanto a la imagen de limpieza que ofrece el barrio, exceptuando algunos rincones, la tónica es de calles más bien despejadas y arregladas. Andrés García explica que hay un barrendero municipal para todo el barrio: “Un día trabaja en la parte alta del barrio, y otro día trabaja en la parte baja”, por lo que, siendo conscientes de que todo es mejorable y teniendo en cuenta que “la mayoría de los barrios dan pena”, el representante vecinal considera que “ahora mismo en lo que a limpieza se refiere estamos bien”.

Cuestión de todos. Cuestión de que desde el Ayuntamiento no se descuide el mantenimiento y del civismo y el cuidado de los vecinos.

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