José Oropesa Rodríguez, Bollullos Par del Condado, Huelva, 1986, fue acusado de perturbado, imprudente, revolucionario y, seguramente, maquiavélico. Otros ven en él un verdadero hombre que despojó coraje por una ‘guerra’ justa. Licenciado en Periodismo y cursando un doble grado de Ciencias Políticas y Sociología pudo ser secuestrado o haber muerto entre terribles sufrimientos por grupos radicales provenientes de Mali en los campamentos saharauis de Tindouf (Argelia), pero prefirió protegerse con sus “hermanos” tomando una decisión que noqueó al Gobierno de España en el pasado mes de julio de 2012. Un héroe ‘tarugo’ onubense.
En el pasado 2006, Oropesa emprendió su aventura para conocer a la familia de la niña saharaui con la que había convivido en España varios veranos y saber más de un pueblo del que sabía pero no había podido tener la suerte de conocer en persona su realidad en el exilio argelino. Repitió en 2008 y en 2012 acude como profesor de español a la Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis (Afapredesa). Una vez allí, comenzó a elaborar un documental sobre la situación de los desaparecidos. Pero todo se torció. Unos días posteriores a su llegada en julio a los campamentos de refugiados saharauis el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, anunció que el Gobierno ordenaba el regreso al país de los cooperantes españoles al recibir una alerta en la que podían ser víctimas de un ataque terrorista los ciudadanos europeos, y en especial los españoles.
Oropesa, entonces, decide quedarse firmando para ello un documento por el que exime de toda responsabilidad al gobierno sobre su persona o bienes por eventuales daños. El joven comentó a Viva Huelva que “no fue un acto para retar al Partido Popular sino un compromiso del que el único responsable fuese yo. No me pareció justo lo que estaba haciendo España con el pueblo saharaui porque los campamentos dependen en gran parte, por no decir totalmente, de la ayuda humanitaria que entra del exterior. Me quedé porque pongo nombres, apellidos y sentimientos a los que otros sólo ponen cifras y estadísticas”. Además, Oropesa dudaba si el Gobierno lo que pretendía era preocuparse por los ciudadanos o si “la presión y la influencia que tiene Marruecos sobre España en sus decisiones internacionales afectaba. Puro interés. Porque otros países no tomaron esa decisión. Fue todo muy raro y decidí permanecer”.
Obsequiado por su pueblo
El pasado sábado 27 de abril recogió el Premio Joven Solidario 2013 de Bollullos Par del Condado y en su discurso agradeció “el incalculable apoyo de mi familia y mis amigos” y resaltó “el olvido al que los distintos equipos de gobierno de Bollullos han llevado al pueblo saharaui. Un pueblo que hace no muchos años hablaba con orgullo del trabajo que este pueblo onubense hacía por ellos y lo convertía en la envidia de la provincia y ahora no era ni capaz de sacar una pequeña partida de envío de alimentos para los campamentos”. Dice Carlos Vives en su canción ‘Volví a nacer’ que “puedo subirme hasta el Himalaya, o batirme con mi espada para no perder tu amor”, amor por lo justo arriesgando su existencia por los hermanos saharauis.