Insípida, incolora e inodora, y sin embargo, vital para la supervivencia del ser humano y para su desarrollo. El agua es el principal componente del cuerpo humano, que posee un 80% de este preciado líquido al nacer y cerca de un 60% en la edad adulta. Y también es un elemento esencial para los tejidos productivos.
En el caso de Huelva, y en el contexto de los profundos cambios que se han producido en el último medio siglo, el agua, más allá del indispensable consumo, ha cobrado una importancia creciente como factor económico, toda vez que los sectores de producción que dependen directamente de ella -industria, agricultura y turismo- significan algo más de la mitad de los empleos provinciales y el 80% de la aportación al Producto Interior Bruto (PIB). Por su parte, el sector servicios, responsable de casi el resto de la economía provincial, depende en gran medida de la buena marcha de las actividades económicas antes citadas.
A priori, la escasez de agua no debería ser un problema en Huelva, pues la provincia parte de una posición privilegiada, con reservas en sus embalses incluso para periodos secos como el actual. El 90% de la provincia depende del suministro de agua que se realiza a través del Sistema Andévalo-Chanza-Piedras-Los Machos, que con una capacidad total de 1.050 hectómetros cúbicos, a través de canales, túneles y tuberías recorre la provincia desde la frontera con Portugal hasta llegar a las puertas de Doñana, convirtiéndose en la verdadera arteria que mantiene el bienestar y la calidad de vida de los onubenses.
Sin embargo, pese a esta abundancia de recursos hídricos, el agua se ha convertido en el talón de Aquiles de Huelva, y todo se debe a un cuello de botella que tiene nombre propio: túnel de San Silvestre.
Según explican desde la plataforma creada a finales de 2018 para impulsar el desdoble de esta infraestructura hídrica, el túnel de San Silvestre se construyó en el año 1971 y por los apenas ocho kilómetros de longitud de esta infraestructura circulaban ocho metros cúbicos por segundo de agua, durante ocho horas. Hoy, casi 50 años después, lo hacen 20 metros cúbicos por segundo, durante 24 horas. Por tanto, los consumos se han multiplicado por cinco sin que el túnel se haya modificado o adaptado para hacer posible este aumento.
El túnel se ha convertido en un auténtico cuello de botella que podría dejar sin agua al 90% de los usuarios de la provincia de Huelva debido a un accidente o colapso, algo posible ya que funciona durante las 24 horas del día, los 365 días del año, sin que sean posibles tareas de mantenimiento.
Algún corte en el túnel afectaría al 80 % del PIB de Huelva, el 90 % del empleo y al suministro del 90% de la población de la provincia, ya que no existe alternativa de transporte a esta infraestructura.
En declaraciones a Viva Huelva, el presidente de la Comunidad de Regantes Chanza-Piedras y portavoz de la coordinación de la Plataforma por el Túnel de San Silvestre, Pedro Tejada, insiste en esta idea: “El 90% de la provincia de Huelva dejaría de tener suministro de agua si se diese algún problema en el túnel, por eso, en materia hidráulica, Huelva se lo juega todo”.
La Plataforma por el Túnel de San Silvestre está conformada por las 12 comunidades de regantes de la provincia, la Universidad de Huelva, Diputación, la Plataforma en Defensa de los Regadíos del Condado, Giahsa, Aguas de Huelva, Aiqbe, el Círculo Empresarial de Turismo, Freshuelva, la Asociación de Citricultores, Feragua, la FOE, Cooperativas Agroalimentarias en Huelva, los sindicatos CCOO y UGT, UPA Huelva, Asaja Huelva e Interfresa.
Uno de los objetivos, logrado, era conseguir que “el túnel deje de ser un problema privado, que sólo conocíamos en profundidad las comunidades de regantes”. Ahora es un problema “conocido por todos” pero “debemos dar un paso más y empezar a ver soluciones”.
Y es que el desdoble del túnel es una de las obras incluidas en la tan demandada Ley del Trasvase del Condado, aprobada a finales de 2018 en el Congreso, y es que “sin desdoble, no hay ni trasvase ni aumento de volumen en las comunidades de regantes”.
Según explica Tejada, el desdoble tiene el proyecto redactado, solo precisa partida económica -60 millones de euros- para unas obras que tienen un periodo de ejecución de 28 meses, a los que hay que sumar otros seis de expropiaciones, de modo que en total habría que esperar casi tres años.
El tiempo corre en contra, y por ello reclaman a las administraciones competentes en esta obra de interés general que establezcan diálogo. “Además de la Junta de Andalucía, solicitaremos otro encuentro con el Gobierno de España, al entender que son las dos partes que deben sentarse y ponerse de acuerdo para ejecutar el desdoble del túnel”, explica Tejada, que insiste en que “es prioritario que ambas partes se sienten para comenzar a hablar del desdoble como una realidad”.
En esta línea, Cristóbal Picón, presidente de la Plataforma en Defensa de los Regadíos del Condado, apunta que “sin el desdoble, se está poniendo freno a la actividad económica, la riqueza y el empleo de una comarca que es actualmente la locomotora de la provincia de Huelva”. Por ello, solicita “a todas las fuerzas políticas, tanto del Gobierno central como de la Junta de Andalucía, que exista el diálogo y la voluntad para que, con una sola voz, se consiga el desdoble del túnel, dejando fuera diferencias o enfrentamientos políticos. Como venimos defendiendo desde nuestro nacimiento en 2012, el agua no tiene color y merece que todos luchen por ella”.
En esta misma línea, UPA Huelva, integrante de la plataforma, reclamaba este jueves que el Ministerio para la Transición Ecológica apruebe la Comisión de Gestión Técnica de la Transferencia, instrumento que desarrolla la ley que aprobó el trasvase al Condado. De esta comisión forman parte el Gobierno, la Junta, los organismo de las cuencas Tinto, Odiel y Piedras y de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, así como representantes de los usuarios. “Esta comisión es el marco idóneo para el diálogo y el consenso entre todas las partes interesadas y para adoptar acuerdos sobre obras a realizar”.
También este miércoles el presidente de la Aiqbe indicaba que entre las prioridades de futuro de la patronal química onubense, el desafío, en materia de aguas, es el túnel de San Silvestre.
Toda una provincia pendiente del agua por unas infraestructuras imprescindibles pero que no llegan.