El barrio de La Magdalena es epicentro estos días de una de las tradiciones más vivas que mantiene el popular barrio. La venta de sus rosquillas, bendecidas con las reliquias del Santo protector de los males de la garganta, San Blas, anima el tránsito por el conjunto histórico, con parada en el patio de la parroquia, donde se venden desde el pasado 26 de enero.
Fue cuando comenzó la Novena al Santo, cuya festividad se conmemora el próximo 3 de febrero, último día para adquirirlas. En horario de 10 a 13 horas y de 17 a 20 horas, alrededor de ocho personas voluntarias de Cáritas se encargan de la venta.
Este año el precio ha subido veinte céntimos. “El panadero ha aguanto el precio de un euro durante quince años, pero esta vez lo ha tenido que subir por el encarecimiento de la materia prima”, explicaban a VIVA Ana Castilla y Encarnación Rodríguez, dos de las voluntarias.
No ha sido un inconveniente, ya que el ritmo de ventas es “muy bueno”. “Vienen personas de todo Jaén y de pueblos de la provincia. Son rosquillas bendecidas y llegan personas de todas las edades porque es una tradición que no se pierde y pasa de generación en generación”, confirmaban.
Cada año venden alrededor de seis mil bolsas de rosquillas y este 2023 esperan repetir ventas.
Festividad
La Novena de San Blas (obispo y mártir) se celebra hasta el 3 de febrero, con el rezo del rosario a las 18:30 horas; y con la Misa, Exposición del Santísimo y Ejercicio de la Novena a las 19 horas. El próximo viernes, la Conmemoración del Martirio de San Blas se celebrará en la parroquia a las 12 horas, para seguir a las 18:30 horas con la Novena y a las 19 horas, con la Eucaristía.