Nunca una sociedad sufrió cambios tan profundos y tan rápidos que la hicieran precisar tanto una herramienta de planificación
Quizá una gran mayoría de ciudadanos desconozcan la utilidad de un Plan General de Ordenación Urbanística, más conocido por sus siglas PGOU, pero se trata de una herramienta fundamental para el desarrollo de una ciudad, de la capital en la que vivimos en nuestro caso. No es esta tierra demasiado dada a la planificación, pero ejemplos como el Plan Estratégico de la Provincia ponen de manifiesto que es posible unir a las administraciones y a los agentes económicos y sociales por un bien común: el desarrollo de Jaén. Han pasado veinte años desde que se aprobara el último PGOU de la capital, veinte años en los que lo cierto es que poco se ha cumplido de aquello que se proyectó entonces, pero también lo es que estos últimos años han sido realmente atípicos en el desarrollo del anterior siglo y el inicio de éste. Nunca una sociedad sufrió cambios tan profundos y rápidos en los últimos setenta años. Las nuevas tecnologías han impregnado el desarrollo de las ciudades de tal modo que aquellos planes que se trazaron hace veinte años quedaron obsoletos apenas una década después. Estamos en pleno siglo XXI y no podemos avanzar encorsetados con modelos del siglo pasado y mucho menos en estos tiempos de crisis. Por ello, es preciso que Jaén tenga su nuevo PGOU y que nada ni nadie trate de frenar el progreso que precisa esta ciudad que no debe permitir que le hurten un minuto más de desarrollo, de inversión, de empleo, de modernidad y de esperanza.