Bandas organizadas se aprovechan de la situación de familias enteras para ponerlos a mendigar en la ciudad durante la Navidad
Un año más, llega la época navideña y las calles de la capital se llenan no solo de los legítimos temporeros que buscan un tajo en la campaña de aceituna, sino de decenas de personas, la mayoría de ellos rumanos y portugueses, que manejados por bandas organizadas, son distribuidos a lo largo y ancho de la ciudad para pedir limosna, algo que confirma la Policía Nacional, pero que no puede evitar, más que cuando usan a menores para la mendicidad. Nada más lejos de nuestra intención denunciar, como ha ocurrido en otras ocasiones por parte de grupos políticos, el hecho en sí de la mendicidad. Lo que hay que perseguir y atajar es que desalmados se aprovechen de estas personas para beneficiarse económicamente a costa de su dolor. Unido a este hecho, vuelven a aparecer los asentamientos ilegales en distintas zonas de la capital, provocando las quejas vecinales, como es el caso del Bulevar. Sin embargo, aquí también la Policía está atada ya que se trata de parcelas privadas en las que no pueden actuar levantando los asentamientos, a menos que haya una denuncia por parte del propietario del terreno. El caso es que esta situación viciada permite esta mendicidad organizada a la que cada año se ven condenadas decenas de familias, manipuladas por bandas sin escrúpulos.