El Investigadores de la Universidad de Jaén (UJA) han concluido que una alimentación que incluya los antioxidantes lignanos -compuestos presentes en algunas semillas y otros alimentos de origen vegetal-, ayuda a prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y de ciertos tumores como el de mama, fundamentalmente en mujeres posmenopáusicas, o el de colon. Los resultados del estudio, en el que han participado también la Universidad de Navarra, el Instituto Carlos III y el Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra, incluyen el análisis de los alimentos que contienen mayor cantidad de estas sustancias y cómo son asimilados por el organismo. Las semillas de lino o el sésamo son una de las principales fuentes de lignanos. El equipo de la UJA lo han formado Carmen Rodríguez García, Cristina Sánchez-Quesada, Estefanía Toledo, Miguel Delgado Rodríguez y José J. Gaforio. Según se informó desde la Fundación Descubre, los lignanos de origen vegetal, pertenecientes al grupo de los polifenoles, han provocado un gran interés en la comunidad científica debido a su estructura química, análoga a la de los estrógenos humanos. Esta característica podría proporcionar un efecto protector en mujeres tras el climaterio.
Los trabajos han incluido diferentes tipos de dieta, confirmando que en todo el mundo se introducen en la base de los productos que se consumen. Así, tanto en los países nórdicos como en los mediterráneos se ingieren a través de frutas, verduras y cereales integrales. Sin embargo, en estos últimos se establecen también como sustancias fundamentales las oleaginosas (entre las que se incluyen los aceites de oliva vírgenes) y las legumbres. Por su parte, en la cocina india, el sésamo es un elemento típico y tanto las semillas como su aceite son ricos en estos compuestos. En Asia, se incluyen en ciertas hierbas medicinales, las bayas de enebro o el fruto del espino chino, parecido a la granada. Y aunque la base de la comida latinoamericana consiste en maíz, papas, maní y frijoles, también incorpora semillas de lino que representa una de las mejores fuentes dietéticas de lignanos. Por otro lado, y atendiendo a sus propiedades biológicas que aportan su capacidad antiinflamatoria, antioxidante y antitumoral, los expertos han confirmado la manera en la que estos compuestos se asimilan en el organismo. Por ejemplo, “la sesamina, se absorbe rápidamente desde el intestino delgado y se vuelve detectable en la circulación en unas pocas horas después de la ingestión”, señaló el profesor José J. Gaforio. Así, el consumo de alimentos ricos en lignanos podría ser una forma útil de reforzar la prevención de enfermedades crónicas y ciertos tipos de cánceres y dolencias cardiovasculares. Otros alimentos con un alto contenido en estos polifenoles son las semillas de calabaza, el ajonjolí, el centeno, la soja, los frutos rojos, la linaza, los anacardos, el café, el té o el vino tinto. De esta manera, en cualquier parte del mundo, estos compuestos forman parte de productos cotidianos y, por tanto, son fácilmente accesibles para poder incorporarlos a la dieta como precursores de la salud, como señalan los expertos.