Ahora, según Jiménez Camino, “se está a la espera de que la empresa concesionaria de esta actuación, Vías y Construcciones, “de continuidad a la excavación”, unos trabajos que “se iniciarán en fecha reciente”.
En concreto, después de los sondeos previos realizados para la localización de la necrópolis, al ser ésta una zona arqueológica, “el solar será excavado en su totalidad, por parte de la empresa concesionaria, porque nosotros realizamos las catas para evaluar cómo estaban los enterramientos”.
Por tanto, añadió el arqueólogo municipal, “el diagnóstico completo lo realizará la empresa Vías y Construcciones en la que será la sexta campaña que se realiza en el yacimiento”.
Para estos fines, “incluirán a un antropólogo físico, que será el que determine las características de los enterramientos y de los individuos inhumados”. También “explicarán el sexo, la edad y sus diferentes patologías”.
Además, Jiménez Camino incidió en que los técnicos de la empresa “ayudarán a la extracción, porque a pesar de que los meriníes eran parcos en ajuares mortuorios, la información la darán los cuerpos en sí, acercándonos a sus características demográfica, índices de mortalidad infantil o la longevidad media, así como las enfermedades que padecieron o el tipo de trabajo que realizaron”.
Esa labor “se realiza por la empresa contratada, como en la mayoría de las excavaciones”.
En este caso “se les pedirá el informe antropológico, cuyos datos pasarán al gabinete arqueológico de la Fundación José Luis Cano”.
Dos periodos
Como adelantó en su momento EL FARO INFORMACIÓN, las prospecciones realizadas por la Fundación propiciaron poder constatar que la necrópolis medieval se extiende en esa zona, aunque no se conocía el grado de intensidad de enterramientos y la ocupación.
Así, a raiz de las catas arqueológicas, se sabe que ocupa parte de la parcela. En cualquier caso, con estas labores, aparecieron dos periodos de enterramientos. Uno del siglo XII de la época almohada y otro de entre los siglos XIII y XIV de época nazarí meriní.
Además, esta última fase es a la que pertenecen las estelas estampilladas, muchas de ellas expuestas en el Museo Municipal. En concreto, ha aparecido una de estas estelas completas Consiste en una estela estampillada epigráfica, que presenta un escrito en caracteres árabes. Uno de los lemas que suelen acompañar este tipo de esquelas, Al-mulk, que significa El poder, una de las sentencias que suelen tener las cerámicas estampilladas de esas épocas.
También aparecieron unos pendientes de cobre y un alfiler que probablemente servía para coger el sudario de las mortajas de los enterramientos, como los utilizados por los musulmanes en estos ritos.