El portavoz de La Confluencia, Raúl Ruiz-Berdejo, califica de “ERE encubierto” la amortización de plazas que se va a producir en el Ayuntamiento en el periodo comprendido entre 2025 y 2028,
una medida que ya avanzó este medio y que se enmarca en el último acuerdo alcanzado entre el Consistorio jerezano y el Ministerio de Hacienda.
En concreto,
el Ayuntamiento renuncia por un periodo de tres años (2025, 2026 y 2027) al 50 por ciento de la tasa de reposición del personal funcionario que vaya alcanzando la edad de jubilación, que es la herramienta a la que se ha venido recurriendo en estos últimos años para no mermar aún más la plantilla municipal. El objetivo es reducir en 14,9 millones de euros el coste del personal.
Para Ruiz-Berdejo,
estamos ante “un claro ejemplo del modelo de gestión política de la derecha”, cuyos ajustes “siempre vienen de la mano de la reducción de empleos y el deterioro de los servicios públicos”.
Según La Confluencia,
este “recorte” supondrá “que casi un centenar de plazas no sean cubiertas mediante la oferta de empleo público, impidiendo que la ciudadanía pueda acceder a ellas y mermando notablemente la ya exigua capacidad del Ayuntamiento para prestar los servicios públicos que son de su competencia”.
La medida
supondrá “de facto la mayor reducción de personal desde el ERE municipal, aplicado también por García-Pelayo en su anterior etapa como alcaldesa, y
podría desembocar en futuras privatizaciones amparadas en la falta de personal propio con que prestar los servicios, cosa que ya empezó a suceder tras los despidos practicados por el PP en su último ejercicio de gobierno en la ciudad”.
Según Raúl Ruiz-Berdejo,
estaríamos por tanto ante “un ERE encubierto”. “Cada vez que gobierna Pelayo este Ayuntamiento pierde centenares de empleos públicos. Como legalmente no puede repetir su ERE, recurre a este recorte que afectará gravemente a los servicios públicos que deben recibir los jerezanos y las jerezanas en esta ciudad”, concluye.
Desde el Gobierno local, aclaran que en el documento de traspaso de poderes que se entregó a García-Pelayo coincidiendo con su toma de posesión del pasado mes de junio, el propio Ejecutivo socialista admitía que la plantilla municipal se había reducido en 259 personas en sus ocho años al frente del Ayuntamiento, habiéndose pasado de 1.725 a 1.466 trabajadores.