El tiempo en: Sanlúcar
Lunes 01/07/2024  

Jerez

El "desmadre" de la venta ilegal de pescado y fruta en las barriadas desespera a la Plaza

Los comerciantes del Mercado Central de Abastos piden ayuda al Ayuntamiento, que se ha comprometido a intensificar la vigilancia para minimizar una práctica que se ha multiplicado por la crisis

Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
  • La Plaza de Abastos. -

La venta ambulante por las barriadas de Jerez de pescado, frutas y hortalizas trae de cabeza a los vendedores del Mercado Central de Abastos. Aunque esta práctica es una vieja conocida, como ha ocurrido en otros casos la crisis económica la ha agudizado más que nunca hasta el punto de que los propios clientes lo comentan en los puestos en petit comité. “Esto se ha desmadrado de una forma que hemos tenido que plantear el problema en el Ayuntamiento porque cada vez hay más gente que se va al paro y se tiene que buscar la vida como sea y si encima tú lo estás pasando mal y te venden un kilo de plátanos a menos de un euro pues tú vas a lo compras”, explica el portavoz y vicepresidente de la Plaza de Abastos, Juan Parada Vargas. Icovesa, Polígono San Benito, Jacaranda, zona sur...son muchos los núcleos de Jerez en los que se concentra esta actividad, que en la mayoría de los casos se realiza de forma “ilegal”,  ya que se venden productos perecederos que no han pasando el pertinente control sanitario y sin tener autorización para hacerlo. “En muchos casos vienen de Mercajerez, cogen o compran la fruta que allí desechan, y luego la venden tirada de precio”. Como se queja, se trata de una competencia desleal que en el caso del pescado también se lo encargan a terceros y ni siquiera se preocupan de dónde procede esta mercancía de la que luego se deshacen a precio de costo.


Pero no sólo eso, en algunos casos, como denuncian, los productos se compran en los mismos puestos del Mercado y luego se revenden. Entre esta situación, la caída de las ventas a la mitad en los últimos años, un mes de abril catastrófico y el auge de las grandes superficies el colectivo no levanta cabeza y esta misma semana ha pedido ayuda al Consistorio en una reunión con la delegada de Medio Ambiente, Felisa Rosado, quien no es ajena a esta denuncia y se ha comprometido a intensificar la vigilancia de la Policía Local en las barriadas para erradicar esta problemática, que se da incluso a pocos metros de la propia Plaza, donde están al tanto de que se venden frutas y hortalizas. 

indignados e impotentes
“No hay derecho a que estemos así porque encima que las ventas han caído nosotros seguimos pagando nuestros impuestos con mucho trabajo y ellos se lo encuentran todo hecho y se están haciendo con una clientela fija incluso”, lamenta Parada. Y es que en muchos barrios, de forma discreta, muchos vecinos ya saben la hora y el sitio donde despacharán sin tener que desplazarse al centro o a la pescadería o la tienda del barrio.


El modus operandi se repite en  cualquier barriada de la periferia. Llevan coche particular, y en el maletero, como quien no quiere la cosa, acumulan el pescado o la fruta y verdura que prácticamente tienen vendido para ese día entre los clientes de confianza. Nada de vociferar las ofertas del día ni avisar, todo lo contrario, los vecinos ya saben cuándo tienen que bajar y vuelven a casa contentos, con la satisfacción de haber hecho una buena compra y de paso haber ayudado a un padre de familia que lo está pasando mal, ya que en muchos casos pueden conocerlo incluso de siempre al vivir en la misma zona.

Cuando se les pregunta a las personas que más de una vez han comprado frutas y hortalizas a vendedores ambulantes por sus barriadas (pescado dicen que no se atreven ni tampoco es tan asiduo como aseguran en la Plaza de Abastos), la respuesta es casi unánime.  “Además de que nos ahorramos un pico, porque te quitas de desplazarte y coger el autobús, también ayudas a ellos, porque muchas veces son personas que no tienen para comer, y lo que vendan ese día es lo que van a llevar a su casa”, aseguran varias señoras a la hora de referirse a estas prácticas.  De hecho, muchas veces ni siquiera son clientas fijas ni mucho menos. “A lo mejor por la tarde voy a ir a la frutería, pero si me dicen que tienen un mal día, que es lo único que tienen para comer, no puedo evitar tener que comprarle algo”, se excusan. Sobre el hecho de que estos productos no pasen los controles sanitarios lo tienen claro, siempre y cuando se trate de la fruta. “No creo que pase nada, porque eso se ve a simple vista, y tú estás viendo lo que te echa en la bolsa, así que con decirle que no lo quieres tienes bastante”, señalan. En algunos casos, influye también el conocerlo del barrio para inevitablemente pagar precios hasta irrisorios por la mercancía que cargan discretamente en el maletero de su coche. “Les haces un favor a ellos y de paso también a tu bolsillo, porque si estoy mal económicamente siempre viene bien ahorrarte algo”.

"Si esa persona es lo único que tiene para llevar a su casa, sí que le compro"

El problema es que esta situación va a más cada día, ya que en la Plaza estiman que estas personas pueden llegar a tener hasta una quincena de clientes diarios, de ahí su preocupación. En medio de este nuevo frente, la segunda quincena del mes de abril está siendo “catastrófica”, y una vez superada las épocas más fuertes, como las Navidades, que ni por asomo se parecieron a las de hace cuatro años, afrontan uno  de sus momentos más tranquilos, como es el verano, al  que también ven como “un arma de doble fijo”. En cualquier caso, de cara a preparar las instalaciones y para no se repitan los problemas del aire acondicionado del pasado año, ya han contactado con el Ayuntamiento para prevenir esta situación y que este servicio empiece a funcionar el próximo mes, fecha en la que en estas instalaciones se empieza a acusar el calor.

Precisamente, en lo que respecta a suministro, los vendedores también se han llevado esta última semana un sofocón.Finalmente, la Delegación de Medio Ambiente informaba el  viernes de que había remitido un escrito a los comerciantes del Mercado de Abastos para informarles de que el corte de suministro eléctrico previsto por Endesa este martes por la necesidad de realizar trabajos de mantenimiento en la red de distribución, se realizará finalmente en un domingo para evitar perjuicios a la actividad normal de venta. El anuncio de Endesa había despertado la inquietud de los comerciantes, conscientes de que la situación no está para perder un día de trabajo, lo que motivó que el Consistorio se pusiera manos a la obra e hiciera gestiones para garantizar que los trabajos de arreglo no coincidieran con una jornada laboral.

Sin avances en el proyecto de la terminal de autobuses que tanto necesitan

Llegaron a dar fechas y en su día apostaron por este mismo verano para comenzar las obras, al ser la época más tranquila en lo que a ventas se refiere por las vacaciones, pero al ritmo que va el proyecto de la remodelación de Esteve para poner en marcha la terminal de autobuses parece que van a seguir esperando. Tras hablarse desde un primer momento de la demolición del edificio de Esteve, el proyecto ha ido sufriendo modificaciones sobre la marcha ante la falta de acuerdo de los agentes implicados, esto es, los propietarios de los locales comerciales del edificio en cuestión, los vendedores del Mercado de Abastos y el Ayuntamiento. En estos momentos, ya son tres los borradores en los que trabajan los técnicos de Urbanismo para una actuación que se acometerá con cargo al convenio con la Zona Franca suscrito también para los trabajos de San Agustín. El objetivo de la remodelación de Esteve pasa principalmente por mejorar la accesibilidad del edificio del Mercado de Abastos y permitir la entrada casi del doble de autobuses que lo hacen ahora, lo que explica que los vendedores de la Plaza lo estén esperando como agua de mayo. Sin embargo, la falta de consenso con  los propietarios de los locales comerciales se ha convertido en el gran escollo para que este proyecto no avance. La propia alcaldesa dejó en el aire el derribo del inmueble y habló ya de una demolición parcial, conservando la planta baja, aunque aún no está nada claro.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN