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Jerez

“Han tenido que venir de fuera para tener un reconocimiento"

”Fuimos los que dijimos que el flamenco era un arte y no una cosa de señoritos, de borracheras y de juergas. Nunca pensé que llegaría a donde está”

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  • Juan de la Plata -

— Otro homenaje
— ¿Otro? No, el primero, porque el otro que se me iba a hacer no se llevó a cabo. El único y ha sido de fuera, la Academia y Ciencias del Flamenco, a la que he ayudado a fundar. Tiene un año de vida y pienso que esa ayuda ha sido importante para este reconocimiento.

Los Claustros de Santo Domingo ha sido el enclave elegido para llevar a cabo ayer un mas que justo y merecido homenaje al octogenario jerezano Juan Franco Martínez, que ha popularizado el seudónimo de Juan de la Plata. tanto en el mundo del flamenco como en el periodismo a los que tan ligado ha estado desde siempre. El acto, promovido la Academia de las Artes y Ciencias del Flamenco que preside Luis Adame, contó con la presencia de importantes personalidades del ámbito de la política y del mundo del flamenco como Gonzalo Rojo, Fosforito, presidentes de peñas, críticos de flamenco, artistas y miembros de la Corporación Municipal que ha sido la que ha cedido el espacio cultural para este evento de esta nueva entidad, la Academia de las Artes y Ciencias del Flamenco, cuya  misión fundacional radica en la promoción de nuevos modelos de gestión del arte flamenco. Nació a raíz del II Encuentro Nacional del programa “Flamenco y Sociedad” tras el que se produjeron las reuniones previas a su fundación definitiva el pasado mes de febrero en Sevilla. Presidida por Luis Adame, esta entidad pretende ser un punto de cohesión donde confluyan todos los sectores involucrados en la expresión cultural, intelectual y empresarial del arte flamenco. Y Juan de la Plata recibía ayer un reconocimiento que quizá la debiese desde hace ya muchos años el propio mundo del flamenco.
— No lo creo. No pienso que el flamenco me deba nada, más bien yo soy el que le debo al flamenco.

— Pero ese nacimiento de la Academia que le ha hecho el homenaje, el refrendo,diría yo, a una vida dedicada al enaltecimiento del flamenco, es algo que usted ya atisbó en el tiempo con la creación de la Cátedra de Flamencología, hace ya cincuenta y cinco años. Aquello, Juan, marcó un antes y un después- 
— Ciertamente la Cátedra fue la pionera de todo esto. Cuando nadie hablaba de flamenco nosotros comenzamos a hablar, a escribir. Se decía entonces que el flamenco era cosa de señoritos, de borracheras, de noches de juergas y nosotros dijimos desde un primer momento que el flamenco no era eso, sino que era un arte. 
— Un arte reconocido como patrimonio de la Humanidad. Lo que ha ocurrido con el paso de los años.
— La realidad es que cuando comenzamos en este mundo nunca pensamos que se podía llegar a las alturas que se ha llegado. Esto desde luego lo calificaría como un milagro. Lo que pasa es que el flamenco actual no sé si va por el camino que debe ir. Las autoridades han hecho bien en reconocerle ese prestigio, pero deberían de ayudar de otra manera para que la esencia no se perdiese, para que el camino que se coja no sea el equivocado.
— ¿Por qué dice eso?
— Porque todo el mundo va en estos días a lo fácil. No hay afición, no se estudia lo que hay que estudiar, no se trabaja como hay que trabajar. El que tiene unas poquitas facultades sale al escenario y se hace artista, olvidándose de la semilla, de lo que es la verdad del flamenco. No hay pureza y hay que encontrarla
— ¿Prima lo comercial?
— Ese es, el flamenco light, el comercial como dice.
— Pues eso parece que tiene difícil arreglo.
— Por eso comentaba antes que depende de las autoridades. Igual que le han dado su sitio al flamenco, ahora tienen que estimular a los cantaores y a los guitarristas, a los bailaores y bailaoras, a todos los artistas del flamenco a que vayan por el camino adecuado. Hay un Instituto, que no sé cómo se llama ahora porque ha cambiado varias veces de nombres, que es quien debe promover que se busque esa semilla, que estimule a los artistas, que los promueva.
— Artistas como los que están en su pensamiento.
— Ha habido muy buena gente. La lista sería interminable. Mairena, Caracol, Juan Talega, los dos Terremoto, padre e hijo que fueron unos fenómenos, La Paquera...lo que pasa es que se ha ido perdiendo esa fuente, se ha agotado y no hay quienes sigan por esos caminos. Yo entiendo que no por qué no sepan, sino por qué no quieren. Ahí está el mismo José Mercé, nuestro paisano, que es un gran cantaor, que se siente, pero que tiene que echar mano de lo que le dé dinero y cantar otras cosas. A él lo que le  va es el flamenco puro, pero quiere hacer una Antología pero aún no la ha podido sacar porque a las casas de disco no le interesa eso.
— ¿Y en Jerez cómo está la cosa?.
— En Jerez nunca falta el cante bueno, fundamentalmente por la labor que realizan las peñas y es una pena que haya artistas que no salgan de Jerez siendo tan grandes como son. Hay buenos cantaores y guitarristas extraordinarios. Pero siguen vigentes gracias a las peñas.  
— ¿Es muy importante la labor de las peñas?
— La labor de las peñas es tremendamente importante para mantener viva la llama del flamenco y tampoco tienen la ayuda que deberían de tener.  
D

e faltas de ayudas, de esquinazos y demás sabe mucho Juan de la Plata. Nació en el número 21 en la calle Corredera el 11 de mayo de 1932, educándose en la Escuela San José. 
Periodista profesional, empezó ejerciendo su carrera periodística, con 15 años de edad, en el diario  Ayer    y, al desaparecer éste, en  La Voz del Sur y desde hace muchos años ejerce crítica flamenca en otro periódico de la ciudad.  Fue redactor-jefe del periódico  La Voz de la Bahía , de El Puerto de Santa María; corresponsal en Jerez de los diarios  Pueblo e  Informaciones , de Madrid; así como de los diarios  Sevilla  y  Correo de Andalucía , de Sevilla, y del "Diario de Cádiz"; al tiempo que colaboraba en otros periódicos y emisoras de radio. Redactor de Informativos y critico de flamenco de Radio Popular de Jerez, de la cadena COPE, en los años 60/ 70. Desde la década de los años 50 y hasta los 80, aproximadamente, colaboró en el rotativo madrileño  Dígame , dirigido por el prestigioso maestro de la crítica taurina  K-Hito  y en el semanario “El Taurino”, de Alicante; escribiendo de toros y de flamenco, en cada uno de ellos. Corresponsal, durante más de 20 años de la Agencia EFE y de Radio Nacional de España (emisoras de Sevilla, Madrid y Tenerife). Para esta última emisora de Canarias, escribiría un programa semanal sobre temas andaluces, especialmente de toros y flamenco, titulado “Andalucía en primer plano” que se difundiría en onda corta para toda América de habla hispana. En 1948 fundó  el Grupo Atalaya de Arte y Poesía, que agrupaba a poetas, pintores, artistas y músicos jóvenes y  en  1958 fundó la Cátedra de Flamencología y Estudios Folklóricos Andaluces, con sede en Jerez, a la que dio una proyección eminentemente nacional, y en la que, desde el primer momento, se integraron varios poetas y escritores paisanos y amigos, como Manuel Pérez Celdrán, Esteban Pino Romero y Manuel Ríos Ruiz; así como otros poetas y escritores que investigaban y escribían de flamenco; como Anselmo González Climent, Ricardo Molina, Tomás Borrás, José María Pemán, Julián Pemartín, Fernando Quiñones, José Luis Tejada, etc. Organizó y dirigió en la Universidad de Sevilla, en 1964, el primer curso de arte flamenco celebrado en la misma, a base de conferencias y recitales de cante jondo; con su intervención y la de los poetas Joaquín Romero Murube, Ricardo Molina, Manuel Ríos Ruiz, y los cantaores Antonio Mairena, Pastora Pavón “Niña de los Peines”, Juan Talega y otros.
Posteriormente, también celebró otra semana de estudios flamencos, en los Cursos de Verano de la Universidad de Sevilla, en Cádiz. Creando  más tarde la   Fiesta de la Bulería  que organizó personalmente, durante su primer cuarto de siglo y que, actualmente, continúa celebrando el Ayuntamiento. Ha dirigido treinta y cuatro cursos internacionales de estudios flamencos, organizados por la Cátedra de Flamencología de Jerez, los actuales del Festival de Jerez. Una labor desde la Cátedra...


— La situación ahora mismo de la Cátedra es complicada, porque sus fundadores somos ya octogenarios y la realidad es que no hay jóvenes que quieran hacerse cargo de ella. Eso puede hacer que desaparezca en cualquier momento . Ya a los que estamos no nos quedan fuerza ni podemos seguir.
— ¿Abiertos para quien o quienes quieran coger el relevo?
— Abiertos no, abiertísimos. Si alguien quiere coger el testigo aquí estamos. Lo que ocurre es que mucha gente empezó y luego se fue, Por qué, porque pensaban que en la Cátedra se ganaba dinero y allí no solo no se ganaba sino que costaba el dinero y muchas horas de esfuerzo y de trabajo. Había que hacer muchos sacrificios y la gente escurría el bulto, aunque no es menos cierto que siempre hemos estado un grupito que somos los que le hemos ido sacando adelante.  
— Usted reclama la presencia de esa juventud que recuerde cuando usted arrancó           
— En este mundo del flamenco lo hice muy jovencito. Mi primera conferencia la ofrecí en el año 50, antes de la propia creación de la Cátedra de Flamencología  y lo hice, precisamente en el Club Hércules, que estaba en la plaza de Las Cocheras. Hablé sobre Chacón y Manuel Torre. 

Y a partir de ahí ha dado conferencias sobre flamenco “en universidades, instituciones y centros culturales de Córdoba, Málaga, Granada, Sevilla, Almería, Madrid, Barcelona, Las Palmas de Gran Canaria, El Escorial y otros lugares”.  Y ha publicado”numerosos trabajos de investigación y diversos ensayos sobre flamenco, siendo el primero el de Flamencos de Jerez donde se da noticia de las más eminente figuras jerezanas del cante, el baile y la guitarra. Ha dirigido la  Revista de Flamencología  de la Cátedra .  Como poeta tiene publicados varios libros, uno de ellos de poesía flamenca, titulado  Cantando para adentro y otros como El ángel de Jerez y otros poemas “una antología de mis mejores versos de juventud” y  Coplas de la ausencia “ un poemario por soleares, en recuerdo de mi desaparecida esposa”. Y, además, una monografía sobre  Los gitanos de Jerez, la biografía de Manuel Torre y  libros de investigación sobre “El habla de Jerez”, la historia de “Cinco siglos de teatro en Jerez”, “Los orígenes del Cine en Jerez” y otro sobre “Los tabancos y ventas de Jerez”; amén de un libro sobre folclore infantil, titulado “Juegos y canciones infantiles, en el Jerez de mediados del siglo XX” y la “Historia del toreo en Jerez”.  Actualmente tiene pendiente de publicación unas memorias flamencas, que titulará “El flamenco que yo he vivido”; otro libro de poemas, titulado “La juerga”; y la biografía de su gran amigo el pintor jerezano Fernando Ramírez; entre otros trabajos inéditos; colaborando esporádicamente en distintos periódicos y revistas.  Investigador nato  es miembro numerario del Centro de Estudios Históricos Jerezanos y de la Real Academia Jerezana de San Dionisio, de Ciencias, Artes y Letras. Pertenece a la Organización Internacional del Arte Popular de la UNESCO; al Centro Andaluz de Flamenco, al Comité Ejecutivo y al Comité Asesor de la Ciudad del Flamenco Es Miembro de Honor de la Asociación de la Prensa de Jerez, de la que es el Decano de los periodistas en activo. Intervino en calidad de profesor, con una ponencia, sobre “El flamenco, patrimonio cultural”, y en una mesa redonda, sobre “Experiencias con el patrimonio intangibles”, en los Cursos de Verano 2004, dedicados al “Patrimonio intangible, multiculturalidad y turismo cultural en ciudades históricas”; organizados por la Universidad Internacional de Andalucía. Una vida dedicada al flamenco y a la investigación de todo lo nuestro, que sin embargo, como comentaba, no ha tenido el reconocimiento de la ciudad. 

—Lo he comentado en las palabras que dije al recibir el homenaje de esta Academia, que han tenido que venir de fuera a hacerme un homenaje. Aquí no me han hecho nada oficialmente. Y más vale que sea así, porque a los que no se merecen nada le han dado mucho y a los que merecen mucho no se les da nada. 
— Pues según tengo entendido en el Ayuntamiento había abierto un expediente para que le declarasen Hijo Predilecto de Jerez.
— Yo también lo tengo así entendido, pero no se ha hecho nada . No lo quieren reconocer o no lo han movido, no lo sé. Me consta que llegaba firmado por numerosas personas, muchos artistas, pero al final no ha pasado nada. No importa. Yo sigo con mi trabajo, con mi labor y no espero nada.
— Lo de trabajar no se le olvida, a pesar de que esté retirado en sus cuarteles de invierno en el corazón de la Bahía, en casa de su hija, por aquello de que su mujer ya se fue al encuentro del cante, el toque y el baile allá en las alturas...
— Me quedé solito y estoy con mi única hija. Sigo escribiendo porque es mi pasión, pero no me meto en historias raras, sino más bien cuento anécdotas, cosas amenas de ese Jerez antiguo, de ese Jerez de siempre, con la confianza de que la gente sepa lo que ha sido y cómo se ha vivido en nuestra ciudad. 
— Una ciudad muy cambiada con respecto a aquellos años 50 en los que comenzó su labor.
— Sí, es cierto que ha cambiado muchísimo pero no sé si ha sido para bien o para mal, eso lo terminará diciendo el tiempo. 

Un tiempo que ha dejado detrás el  “Manifiesto fundacional de la Cátedra de Flamencología, en el seno del Centro Cultural Jerezano, firmado por los poetas y flamencólogos Juan de la Plata y Manuel Pérez Celdrán” o aquel proyecto del “Museo del Arte Flamenco” o  “Los Juegos Florales del Flamenco, que volverían a en 1969, 1970 y, finalmente, en 1978, con motivo del Centenario de Manuel Torre”, o la  constitución de la “Orden Jonda de Andalucía” o el  estreno mundial del “Concierto de Jerez”, de Benito Lauret, promovido por la Cátedra, por la Orquesta Sinfónica de Jerez, dirigida por Joaquín Villatoro; guitarra solista Manuel Morao o el estreno del “Retablo Flamenco", de Parrilla de Jerez (guitarra) y Alejandro Villatoro (piano) o la “conmemoración a nivel nacional del I Centenario del Nacimiento de Manuel Torre, con actos principalmente celebrados en Jerez, Madrid y Sevilla” o el estreno de “la Misa Flamenca de la Nochebuena de Jerez, dirigida por Manuel Parrilla” o cómo el  coro del Aula de Folklore de la Cátedra  grabó el primer disco de la serie “Así canta nuestra tierra en Navidad” o la publicación del libro  “Memoria de Terremoto” o la creación de “Noche de la Saeta”con la entrega del primer título de Saetero Mayor de Jerez, al gran maestro jerezano de la saeta por seguiriyas, Juan Romero Pantoja “El Guapo” y después a María José Santiago o las jornadas de  estudios dedicadas a "El Flamenco en la Radio Andaluza”, en memoria del radiofonista y secretario de la Cátedra, pionero de la radio flamenca, Manuel Fernández Peña o “los premios nacionales de flamenco” y la “Copa Jerez”. Y mucho más en una vida que ayer recibió un más que merecido homenaje.

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