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Jerez

Crónica de una muerte anunciada

Agosto de 2009: la entonces alcaldesa, Pilar Sánchez, presume de su proyecto estrella: una fábrica de automóviles que daría empleo a 600 jerezanos. Diciembre de 2013: la nave, sin terminar, y la cadena de montaje nunca llegó

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  • La llegada de Zahav a Jerez

Se veía venir y no precisamente desde hace poco tiempo.  Después de muchas idas y venidas a Zahav Motor se le han caducado las promesas y con ellas la licencia  de construcción de la nave de su fábrica de automóviles en los terrenos de la Ciudad del Transporte. Hasta dos “oportunidades” le ha llegado a dar el Ayuntamiento -y eso que el PP desde el principio no ocultó sus dudas sobre la viabilidad del proyecto- tras concederle dos ampliaciones de los plazos para concluir los trabajos comprometidos por contrato. Sin embargo, quien se acerque estos días por la parcela que han supervisado un rosario de socios,  desde Pocoví, al Grupo Belmonte y otros que dieron la espantada antes de presentarse y prometiendo siempre lo mismo: el relanzamiento del proyecto, pueden comprobar que el aspecto de la construcción es prácticamente el mismo que hace un par de años. A estas alturas, las camionetas de la compañía de capital chino e iraní tendrían que estar más que circulando -finales de 2011 era el plazo inicial para que la planta estuviera operativa- pero nada se ha cumplido y ahora esta empresa tendrá que responder en los juzgados, sin contar con las ilusiones de centenares de parados que hace cuatro años respondieron a la llamada de Zahav cuando se llegó a hablar de la creación de casi 600 puestos de trabajo, una cifra que ellos mismos fueron adelgazando a medida que sus planes se iban tambaleando. 
Corría el año 2008 cuando la Junta de Andalucía, de la mano del entonces consejero de Innovación, Francisco Vallejo, anunciaba la instalación en Jerez y, por ende, en la provincia, de una potente multinacional  dedicada a la fabricación de todoterrenos de bajo coste. En un principio se instalaría junto a la factoría de Delphi, donde pondría en marcha una línea de ensamblaje de todoterrenos, que tendrían en África su principal mercado. La inversión alcanzaría los 92 millones de euros, llegándose a hablar de la “locura” de hasta  3.000 futuros puestos de trabajo para fases posteriores, y se preveía llegar  a producir entre 10.000 y 15.000 vehículos al año. Nada fue así.
Finalmente, fue el Ayuntamiento de Jerez el que se llevó “el gato al agua”-o eso creía entonces- y el proyecto se hacía oficial en agosto de 2009 entre una gran expectación y con Pilar Sánchez, alcaldesa en ese momento, a la cabeza. Era su inversión estrella, pero se marchó de la Alcaldía viendo pocos avances. La cosa se complicó todavía más a medida que pasaba el tiempo y todo lo que rodeaba a esta fábrica iba perdiendo seriedad por los constantes cambios de fechas para terminar las obras, mientras la compañía seguía a la defensiva echando las culpas a la crisis internacional o incluso la mala prensa de Jerez por crear desconfianza.
Y es que la regularidad no ha sido precisamente lo que ha caracterizado a Zahav desde que se instalase en Jerez. Además de demorarse en los compromisos adquiridos, los 120.000 metros cuadrados que iba a ocupar en la Ciudad del Transporte de Jerez tuvieron que quedarse finalmente en 50.000 cuando renunciaron a este espacio, coincidiendo  con la llegada del PP al Ayuntamiento. Después llegarían las protestas de los proveedores a las puertas de la fábrica, el plantón de los trabajadores de Masol, y las denuncias de esta constructora que se ha ido a la quiebra y a la que la compañía adeuda dos millones de euros.
Cada nuevo socio que se daba un apretón de manos con el presidente de Zahav, Raad Al Zahawi, prometía lo  mismo, casi no hacía falta escucharlo: sería “el espaldarazo o el empujón definitivo  al proyecto...y se saldarían las deudas con proveedores y con la constructora, lo cual nunca llegaría. Hace varios meses hubo un intento por salvar la fábrica -aunque ahora mismo en Zahav hacen mutis por el foro-  cuando un equipo de lanzamiento del proyecto se comprometía a traer la famosa cadena de montaje que tanto ha viajado en el mundo pero que no ha llegado finalmente a Jerez,  a cerrar definitivamente el acuerdo con el Grupo Masol para liquidar la deuda, así como demostrar la capacidad económica de esta actuación con “evidencias claras de financiación”. Unas condiciones que han vuelto a quedarse en otra declaración de intenciones. Otra de tantas.
No queda ahí la cosa, este viernes, tras el anuncio del Ayuntamiento, el equipo de lanzamiento de Zahav aseguraban de que eran conscientes de que esta situación se iba a producir, si bien confían en que “todo se anulará y nos concederán nuevamente la licencia en el momento en el que le presentemos los avales necesarios”, lo que estiman que podría ocurrir “en un par de semanas”. Según han indican, no han parado “ni un solo día de trabajar para hacer realidad este proyecto” y su objetivo sigue siendo “comenzar a primeros de enero de 2014”. Más declaraciones de intenciones.

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