Este era el mensaje que esta semana en el Parlamento británico ofreció Chris Bryant, vice presidente de la Cámara de los Comunes.
Bryant informó que el Reino Unido había realizado representaciones escritas y orales a nivel ministerial y oficial, a la Comisión Europea sobre la decisión de la Comisión 2009/95.
“Al ser el Reino Unido el único Estado competente para proponer una zona que cubra las aguas territoriales británicas de Gibraltar, no reconocemos la validez de la adopción de este lugar” declaró, añadiendo que el Reino Unido está seriamente preocupado por el hecho de que España decidiera designar como zona de interés medioambiental protegido estas aguas sin consultarles formalmente.
“Bajo nuestro punto de vista”, señaló Bryant, “los procedimientos de designación de estas aguas fueron deficientes y existió una auténtica falta de transparencia y consulta efectiva, por lo que continuamos presionando a la Comisión Europea para que se rectifique este asunto a la máxima urgencia”.
Preguntas
Bryant respondía de esta forma a las preguntas formuladas por el portavoz en la oposición británica en temas de Asuntos Internos, Andrew Rosindell, quien preguntó asimismo por las recientes discusiones que el ministro de Asuntos Exteriores había tenido recientemente con el Gobierno español por la designación de las aguas de Gibraltar como zona de conservación marina.
Cabe recordar que en mayo el Gobierno de Gibraltar anunciaba que había presentado un recurso contra la decisión de la Comisión Europea de designar Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) la zona denominada Estrecho Oriental y bajo la responsabilidad de España ya que considera que son aguas “territoriales de Gibraltar”.
El Peñón se ampara en el artículo 230 del Tratado de la Unión Europea, cuya finalidad es anular los actos adoptados en aplicación del Derecho Comunitario pero que resultan contrarios al mismo.