El joven bornense Francisco Castillo pertenece a una nueva generación de agricultores cuyas ideas están germinando en proyectos exitosos más allá de los campos. En su caso, Aloegades, su empresa sobre el cultivo y venta de aloe vera ecológico, ha sido reconocida recientemente a través del Tercer Premio Nacional Joven Agricultor 2017 de Asaja, en la categoría de ‘Sostenibilidad’.
Francisco Castilla, ha convencido al jurado con sus innovaciones, que nacen del campo con la explotación de aloe vera de forma totalmente ecológica y termina en la creación y venta de cuatro productos transformados: dos alimenticios (jugo de aloe natural y jugo de aloe endulzado con stevia) y dos cosméticos (gel puro de aloe y crema facial regenerante). Asimismo, vende productos directos de la planta como las hojas y los hijuelos.
La historia de Francisco, de 37 años, es de superación. De formación delineante, los años duros que vinieron después de que explotara la burbuja inmobiliaria le hicieron volver a casa tras engrosar las listas del paro. Así que, en 2013, “por necesidad”, cogió el testigo de las labores en el campo que ha venido haciendo su familia. “Mis padres tenían cultivos tradicionales, como el girasol o el trigo, pero decidí dar un vuelco”, cuenta el propio empresario a Información. Conocedor de los sinsabores de esta profesión, el joven se desveló por indagar en posibles alternativas. Así, en 2013, puso las primeras semillas del cambio: 8.000 plantas de aloe vera en aproximadamente una hectárea y media. Pero su proyección no se quedó en el horizonte de sus terenos, ya que formuló una línea más de contacto con el cliente final: “un jugo bebible como complemento alimenticio” y varios productos de cosmética, como una crema facial. Esta parte final del proceso no se lleva a cabo en Bornos, sino en Arcos.
A la buena acogida del mercado a través de su página web y otras formas de promoción a través de las nuevas tecnologías se le ha sumado este premio nacional. “Es un reconocimiento muy importante al esfuerzo y a la inversión hechos en el campo, es un sector con una realidad muy difícil, con un trabajo físico muy duro, pero es una profesión bonita”, comenta.
Detalla además que los nuevos agricultures se fijan cada vez más en las oportunidades que ofrecen las nuevas herramientas tecnológicas y distintos colectivos e instituciones.
En cuanto al futuro, Castillo cuenta que va “pasito a pasito”, pero se le oye ilusionado con lo que puede venir: ya está trabajando en integrar en su oferta otros “productos emblemáticos” de la provincia, como el queso payoyo, la miel o el vino de Jerez.