Cuando se va a cumplir dos meses de mi llegada como Comisionado debo decir, tras más de 50 encuentros y contactos con todo tipo de Asociaciones, Entidades y Colectivos, que he podido profundizar en los problemas que preocupan en estos seis barrios que conforman nuestro ámbito de actuación y que afectan a una población cercana a las 40.000 personas.
Problemas que si bien se han intentado solventar, no han sido resueltos de forma definitiva por falta de coordinación, en algunos casos, recursos en otros y a veces eficacia. Sería injusto no mencionar la importante labor realizada para conformar el eje central de la actuación de las diversas administraciones, cual es el Plan Integral, así como los esfuerzos acometidos para la construcción y puesta en marcha de equipamientos como la Factoría Cultural o el Centro para personas Mayores, o la titánica lucha de la Comunidad Educativa para reducir el abstencionismo escolar e incrementar la asistencia a las aulas.
Debemos ser conscientes de que han pasado 15 años desde la creación de esta figura de intermediación que es el Comisionado y tras el paso de estos años hay un rastro de luces y sombras que hacen percibir este territorio por los sevillanos como una zona de exclusión social muy degradada y que vive de espalda a la Ciudad.
Por ello, es primordial que Sevilla se implique en uno de sus barrios con más inversiones en infraestructuras, pues la transformación de nuestra ciudad dependerá también de la transformación que entre todos hagamos del Polígono Sur.
No es un mérito para ninguna de las tres Administraciones que el Polígono Sur sea el Barrio con menos renta media anual por habitante de toda España, fijada por el Instituto Nacional de Estadística en 4.897 euros/habitante; es más, es un dato tan preocupante como vergonzante, pues denota que aún queda mucho por hacer para abrir a la sociedad los “guetos” en que se han convertido algunas zonas de nuestro Polígono.
Es esencial tras elaboración del Plan Integral que ahora continuemos con su impulso para hacer que se materialicen los acuerdos asumidos por las Administraciones con más “hechos que gestos”, pues quiero recordar que la función de la Oficina es de mediador entre las Administraciones, Instituciones y Entidades del barrio, siendo los competentes las diferentes Administraciones y por tanto los responsables del éxito o del fracaso de las medidas descritas en el Plan.
En esta etapa quiero afrontar principalmente el compromiso para que AVRA regularice la titularidad de los residentes del parque público de viviendas. A mi entender AVRA no ha sido eficiente, quizás por falta de recursos, en el control y conocimiento de los inquilinos de sus viviendas, lo cual es un grave problema, pues recordemos que el parque de viviendas en estos barrios asciende a 3.000 inmuebles. Siendo una agravante de esta situación el desconocimiento actual de las personas que residen en los edificios rehabilitados en los últimos años por la Administración Autonómica.