El pasado sábado, Málaga fue escenario de una
manifestación masiva en protesta por la
crisis de vivienda que asola a la ciudad. A medida que el turismo florece, los malagueños enfrentan crecientes dificultades para acceder a viviendas asequibles. Salimos a la calle para conocer de primera mano las preocupaciones y propuestas de los vecinos, arrojando luz sobre una problemática que demanda soluciones urgentes.
“Las viviendas están carísimas, un pobre no puede comprar una vivienda. Hoy en día,
lo justo es para comer y vivir, pero para vivienda, nada. Cada vez hay más turismo en Málaga, lo cual está bien porque hay más trabajo, pero de dinero poco. Necesitamos más viviendas, pero más baratas, porque esto se ha ido por las nubes. Los jóvenes se quedan en casa de los padres, no pueden independizarse”, expresaba una vecina sobre el
inaccesible mercado inmobiliario.
También los hay que aportan una posible solución: “
Deberían regular los precios de alquiler. El centro antes era una zona para la gente, pero ahora muchos se sienten desplazados. Vivir en un bloque donde no conoces a tus vecinos es triste. No solo es el ruido, es el desconsuelo que se crea. Los malagueños ya no pueden comprar en su propia ciudad”.
Por supuesto, una de las cosas que más ha conllevado todo esto, ha sido el aumento de los precios: “
El turismo ha traído muchos apartamentos turísticos, subiendo los precios. Vivimos del turismo, pero
necesitamos una regulación para que los precios bajen y sean accesibles tanto para alquiler como para compra. Vivir cerca de zonas turísticas es imposible por el ruido, como si fuera una profesión constante o Semana Santa”.
“
El turismo es bueno, pero debe respetar a los malagueños y nuestro patrimonio. Los alquileres son abusivos, especialmente para los jóvenes. Mis hijos, con trabajos, pagan alquileres altísimos o comparten habitación. Necesitamos viviendas sociales con alquileres bajos, financiadas por organismos públicos. Deben estar en zonas céntricas con acceso a universidades, hospitales y centros de salud, no en las periferias. Además, el turismo debe respetar nuestros horarios y mantener la ciudad limpia”, sentencia un señor, en materia de vivienda.
Las declaraciones de estos vecinos revelan una
preocupación común: la
necesidad de regular el mercado inmobiliario en Málaga. El auge del turismo ha disparado los precios, haciendo casi imposible que los residentes locales puedan adquirir o alquilar una vivienda. La convivencia entre residentes y turistas se vuelve cada vez más tensa debido al ruido y la falta de respeto por los horarios y la vida cotidiana de los malagueños.
La principal solución propuesta por los vecinos es la regulación de los precios tanto de compra como de alquiler. Además, se sugiere la
construcción de viviendas sociales financiadas por el ayuntamiento y otros organismos públicos, destinadas principalmente a los jóvenes y situadas en zonas céntricas para facilitar el acceso a servicios esenciales. Asimismo, se pide un turismo más respetuoso con los residentes y la implementación de medidas que permitan una convivencia más armónica.
La manifestación del pasado sábado en Málaga es un claro indicio de la
urgencia con la que se debe abordar la crisis de vivienda en la ciudad. Las voces de los vecinos llaman a una acción inmediata y eficaz para regular los precios y garantizar viviendas asequibles para todos. Al mismo tiempo, se subraya la importancia de encontrar un equilibrio entre el crecimiento turístico y la calidad de vida de los residentes locales