Efectivos de la Policía Local de Málaga han denunciado a un individuo, natural de Argentina y vecino de la capital, por, presuntamente, elaborar productos de panadería, concretamente bases de pizza y afines, sin reunir las medidas higiénico-sanitarias básicas y sin estar en posesión de ningún tipo de autorización administrativa para ejercer esta actividad.
La investigación comenzó debido a una proliferación de cucarachas por la zona, a raíz de la cual se tuvo conocimiento de la existencia del establecimiento, situado en calle Pastor Curiambro, según han informado desde la Policía Local en un comunicado.
Agentes del Grupo de Protección de la Naturaleza (Gruprona), conjuntamente con un inspector veterinario adscrito al Servicio de Sanidad y Consumo del Área de Promoción Empresarial del Ayuntamiento de Málaga, acudieron al lugar y comprobaron que un hombre se encontraba trabajando en el interior.
Los policías procedieron a su identificación, siendo preguntado por la actividad que se encontraba ejerciendo, ante lo que manifestó que estaba precocinando bases de pizza, las cuales congelaba para, posteriormente, suministrarlas a personas que luego las comercializaban en sus establecimientos.
Tras solicitarle la documentación administrativa pertinente, no pudo presentar ningún tipo de autorización, careciendo de licencia de apertura del obrador, así como de registro sanitario del producto que comercializaba, el cual vendía sin denominación comercial.
Acto seguido, se procedió a realizar una inspección al interior del local, comprobando que las condiciones higiénico-sanitarias eran bastante deficientes. Disponía de tres hornos para la elaboración del producto, los cuales funcionaban con gas butano, careciendo, además, de evacuación de humos, gases o vapores al exterior.
También se contabilizaron un total de 14 bombonas, comprobando que las gomas que las conectaban a los hornos estaban caducadas; además de no presentar contrato de suministro alguno. Al respecto, manifestó que las había ido recopilando de donaciones de amigos y conocidos.
En el registro también se pudo advertir la presencia de cuatro carros para el depósito del producto mientras se estaba procesando el mismo, así como 200 moldes circulares para la elaboración de las bases de pizzas, 21 sacos de harina de 40 kilogramos cada uno, dos arcos congeladores y tres refrigeradores, en los cuales se encontraba depositado el producto ya elaborado y preparado para su posterior comercialización.
Ante lo observado, los policías procedieron a levantar acta de denuncia y el Servicio Municipal de Sanidad decretó el cierre cautelar del local. Así, el establecimiento quedó precintado ante el evidente riesgo para la salud pública y se inmovilizó toda la mercancía que había en su interior.
SANCIONES DE ENTRE 5.000 Y 20.000 EUROS
Además, Sanidad ha abierto un expediente por falta grave, que puede culminar con sanciones que oscilan entre los 5.000 y los 20.000 euros. El interesado dispone de un plazo de 10 días desde la notificación del decreto de cierre para realizar las alegaciones que considere oportunas, así como un plazo de un mes para recurrir la medida de cierre preventivo.
No obstante, no podrá realizar actividad en dicho local hasta la subsanación de las deficiencias y cumplimiento de las disposiciones aplicables tanto en materia sanitaria como en lo que afecta a la obligación del titular de la actividad de solicitar y obtener aquellas licencias o autorizaciones exigidas por la normativa vigente.