Lleva desde los 14 años formando parte del equipo malagueño de fútbol sala b2 (discapacitados visuales), que milita en la Primera División española. Con 21 años, Amin Drissi sigue teniendo la misma ilusión del primer día por jugar cada partido.
La liga acabó el pasado fin de semana y los malagueños se tuvieron que conformar con la segunda plaza. Optaban de nuevo a revalidar el título y esperaban el tropiezo de Granada ante Alicante, pero los granadinos arrollaron y se llevaron el partido y la liga con una goleada de 17 a 1.
A por la revancha
“Nosotros jugábamos al día siguiente contra Barcelona en Carabanchel, Madrid, pero ya sabíamos que no teníamos nada que hacer y competimos sin motivación por lo que perdimos por 5 a 4”, afirmó Amin Drissi.
El pívot malagueño compagina el deporte con los estudios cambiando periodismo por márketing. “Ya estoy en mi segundo año en la Facultad de Comercio y Gestión y estoy muy contento de haber decidido realizar este grado relacionado con las empresas, me gusta mucho más”.
Gran parte de la culpa de esta buena progresión académica la tiene su primo, Taha Drissi, que le ayuda con los apuntes, en clase y en los exámenes puesto que, con una disminución de la visión del 78%, no ve la pizarra y le cuesta enfocar en el ordenador o los libros.
Otro de las facetas a las que se enfrentó el malagueño fue a la profesión de modelo, donde hizo sus pinitos. “Un hombre me paró por la calle en febrero y me dijo que le gustaría trabajar conmigo, que nunca había hecho campañas con albinos”, contó Amin Drissi que hizo hincapié en que “terminé dejando esa aventura porque me suponía mucho tiempo y esfuerzo, además de tener que cuidarme mucho, y quería centrarme en el fútbol y los estudios”.
Ahora, el pívot se centra, junto al resto del equipo, en evitar que Granada logre el triplete y buscará la revancha en el campeonato de España.