El Guadalmedina también espera a un nuevo gobierno para cerrar la herida abierta histórica en el centro de Málaga. Tras la firma del anunciado protocolo de intenciones entre el Ayuntamiento de Málaga, la Junta de Andalucía, la Diputación y la Autoridad Portuaria, las primeras actuaciones para la integración urbana del río están “supeditadas” a la formación de un gobierno que deberá también adherirse en el acuerdo.
El protocolo contempla la creación de un Comité Director y otro Comité Técnico que será el punto de partida para la elaboración del Plan Especial del Guadalmedina, liderado por el Consistorio para aprovechar el río para el disfrute de los ciudadanos con proyectos como puentes plaza o vías verdes, por lo que se estudiarán todas las alternativas.
Un futuro del espacio, que se lleva negociando desde 1998, pasa por fórmulas “urbanas, con zonas verdes amplias”, apuntó el alcalde, Francisco de la Torre, que apostó por ser “imaginativos, ambiciosos, rápidos y prudentes en los costos”.
El consejero de Medio Ambiente, José Fiscal, reiteró que la integración debe cumplir la ley ambiental, incidiendo en que se debe velar porque siga cumpliendo “su función de barrera natural frente a posibles avenidas”. “Hay que atender y despejar qué función va a cumplir esta importante arteria fluvial”, apuntó el presidente de la Autoridad Portuaria, que avanzó que prestarán “máxima colaboración”, ya que “más río es más ciudad”. Desde la Diputación Marina Bravo destacó que el río será “fuente vida estando lleno, vivo”, así que están “deseando comenzar a trabajar”.
