Una estrella brillante a 900 años luz es realmente el corazón de una vieja estrella binaria cuya envoltura desapareció cuando se tragó a su estrella compañera a la que estaba gravitacionalmente vinculada.
Un equipo internacional, que incluye científicos de la Universidad de Ginebra (UNIGE) acaba de anunciar este descubrimiento en la revista Nature Astronomy.
Visible a simple vista en la constelación de Columba, Gamma Columbae era hasta hace poco una estrella que no tenía ningún interés particular para los científicos.
El interés por esta estrella fue casi fruto de la casualidad: los científicos han notado que la composición química de su superficie era muy diferente a la de estrellas de masa comparable. "Corresponde a la composición que uno esperaría encontrar en las regiones centrales de estrellas tres o cuatro veces más masivas, donde las reacciones nucleares modifican la composición de la materia", explica Georges Meynet, profesor titular del Departamento de Astronomía en la Facultad de Ciencias de la UNIGE. Por lo tanto, buscó una explicación.
Con su equipo, simuló la evolución de la estrella asumiendo que originalmente era tres veces más masiva de lo que es ahora y eliminando su envoltura exterior. El resultado de esta simulación concuerda con las observaciones, lo que indica que Gamma Columbae podría ser el corazón expuesto de lo que inicialmente fue una estrella más masiva. Aún mejor: dado que los modelos de estrellas individuales no pueden explicar la pérdida de una envoltura, los científicos creen que Gamma Columbae se originó a partir de un sistema binario, en otras palabras, que solía orbitar con otra estrella alrededor de un centro de gravedad común.
"Nuestra hipótesis es que se tragó a su compañero. El fenómeno podría haber desencadenado reacciones significativas, incluida, en particular, la expulsión de su propio revestimiento", explica Georges Meynet en un comunicado.
Según su composición actual, se cree que Gamma Columbae ha alcanzado el 90% de su vida útil estimada de al menos diez millones de años. Puede que le queden menos de 2 millones de años de vida antes de explotar. "Actualmente se encuentra en una fase de evolución bastante corta que muy pocas veces se observa", añade Georges Meynet, que ahora tiene un objeto de estudio con el que profundizar en la historia y el destino de las estrellas binarias.
Por el momento, los científicos no saben si estas estrellas de núcleo desnudo de baja masa son raras o si simplemente no se detectan adecuadamente. Pero el descubrimiento de las propiedades de Gamma Columbae muestra cómo una estrella que ha estado abierta a la observación durante muchos años podría ocultar una historia mucho más compleja de lo imaginado, lo que genera esperanzas de que otras estrellas algún día también revelen propiedades inesperadas.