El Consejo de Ministros de Italia aprobó hoy por decreto ley la vacunación obligatoria contra el coronavirus para mayores de 50 años, una medida que busca aliviar la presión hospitalaria y controlar los contagios para proteger a la población.
Así lo confirmaron hoy fuentes de la Jefatura del Gobierno, que indicaron que los empleados públicos y privados tendrán que mostrar desde el 15 de febrero su certificado sanitario reforzado (que se obtiene solo cuando se está vacunado o se ha pasado la enfermedad), para acceder a sus puestos de trabajo.
El resto de personas mayores de 50 años, aunque no trabajen, también tendrán que vacunarse.
El Consejo de Ministros extendió igualmente la obligación de vacunación al personal universitario, con independencia de su edad, equiparándolo así al personal escolar, que ya lo tiene que hacer desde mediados de diciembre, y aprobó las directrices sobre cuarentenas en los colegios, para garantizar las clases presenciales desde el 10 de enero con seguridad.
El primer ministro, Mario Draghi, señaló en la reunión con los ministros la necesidad de que la población se inmunice para controlar la pandemia, según las fuentes.
"Las medidas de hoy quieren preservar el buen funcionamiento de los hospitales y, al mismo tiempo, mantener abiertas las escuelas y las empresas. Queremos frenar el crecimiento de la curva de contagios y empujar a los italianos que aún no se han vacunado a que lo hagan", dijo Draghi.
"Actuamos sobre los grupos de edad que corren mayor riesgo de ser ingresados para reducir la presión hospitalaria y salvar vidas", añadió.
La semana pasada, el Gobierno decidió que este pasaporte sanitario reforzado va a ser obligatorio desde el 10 de enero para acceder a los medios de transporte, además de a hoteles, ceremonias o festivales; mientras que por ahora se pide en el ocio y la restauración.
Draghi quería ampliar su utilización a más actividades, como el acceso a los bancos, servicios públicos, de cuidado personal como peluquerías o centros de estética, y tiendas y centros comerciales, pero fue posible este miércoles por la reticencias de algunas fuerzas de la coalición gubernamental, como la ultraderechista Liga, que lo interpretaba como una vacunación obligatoria enmascarada para todo el mundo, según los medios italianos.
El ministro de Sanidad, Roberto Speranza, dijo por su parte que las decisiones tomadas buscan reducir el número de no vacunados lo máximo posible porque "es lo que provoca la saturación de los sistemas hospitalarios", pues "dos tercios de los hospitalizados en ucis y el 50 % de los pacientes en salas ordinarias no están vacunados".
Italia registró hoy un nuevo récord de contagios, con 190.000 casos en las últimas 24 horas, y el número total se sitúa ya en los 6,7 millones desde febrero del 2020.
El número de muertos ha sido de 231, lo que eleva la cifra total a 138.276.
En cuanto a la campaña de vacunación, el 89,13 % de la población de más de doce años ya tiene al menos una dosis y el 86,07 % ha completado el ciclo, mientras que la de refuerzo se ha inoculado al 67,67 % de la población que puede recibirla.
El 10,98 % de los niños de entre 5 y 11 años también tienen ya al menos una dosis, pero solo el 0,01 % de este colectivo tiene la pauta completa.