El presidente del PL, Valdemar Costa Neto, puntualizó que su partido no quiere pedir la repetición de las elecciones presidenciales del pasado 30 de octubre
El Partido Liberal (PL), formación del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, anunció este sábado que cuestionará ante la justicia electoral el uso de las urnas electrónicas de modelos más antiguos.
El presidente del PL, Valdemar Costa Neto, puntualizó que su partido no quiere pedir la repetición de las elecciones presidenciales del pasado 30 de octubre, en las que el progresista Luiz Inácio Lula da Silva derrotó a Bolsonaro.
"No queremos proponer nuevas elecciones. No queremos agitar la vida del país (...) pero el Tribunal Superior Electoral va a tener que ver esto y tomar una decisión", dijo Costa Neto en declaraciones a periodistas.
El PL pretende presentar, hasta el próximo martes, un documento ante en Tribunal Superior Electoral en el que se cuestionará el uso de las urnas de modelos anteriores a las fabricadas a partir de 2020, lo que supone cerca del 61 % del total de las usadas en las elecciones.
Según explicó Costa Neto, el partido encomendó un estudio en el que se ha demostrado que las urnas más antiguas no se pueden auditar por problemas técnicos.
Brasil utiliza urnas electrónicas desde 1996, sin que nunca se hayan producido denuncias de fraude, y paulatinamente ha ido modernizando los modelos, introduciendo mejorías en los equipos y en los programas informáticos que utilizan.
En las elecciones de 2022, se utilizaron 577.125 urnas de seis modelos distintos, de los cuales 352.126 corresponden a modelos fabricados entre 2009 y 2015, las cuestionadas por el partido de Bolsonaro.
Desde meses antes de la celebración de las elecciones, el líder de la ultraderecha lideró una campaña de desprestigio contra el sistema electoral y, sin ninguna prueba, ha defendido insistentemente en que las urnas electrónicas son vulnerables a fraudes.
Las urnas han sido inspeccionadas por numerosos organismos, incluidas las Fuerzas Armadas, que fiscalizaron el proceso electoral a instancias de Bolsonaro.
En su informe sobre las elecciones, las Fuerzas Armadas no encontraron ningún indicio de fraude, pero tampoco descartaron la posibilidad que se puedan haber cometido.
Bolsonaro no ha reconocido su derrota públicamente ni ha felicitado a su rival, pero sí ha permitido que se inicie la transición, que se culminará el próximo 1 de enero con la investidura de Lula.
Desde el día posterior a las elecciones, miles de bolsonaristas radicales se han manifestado ante la puerta de los cuarteles para instigar abiertamente a un golpe de Estado, pidiendo que los militares impidan la investidura de Lula y que "salven a Brasil".