Los ministros de Defensa de la OTAN discutirán este miércoles y jueves en Bruselas la situación en Ucrania a la luz de los últimos acontecimientos que han llevado al cese del presidente del país, Viktor Yanukovich, y que han generado un malestar en Rusia por entender que se ha ido más allá en el acuerdo que el mandatario alcanzó con la oposición bajo mediación de la UE para poner fin a la grave crisis que vive el país.
Los Veintiocho aliados discutirán "brevemente" la situación en Ucrania el miércoles durante la reunión formal y, posteriormente, durante la cena y el jueves discutirán la situación con el viceministro de Defensa ucraniano, Oleksandr Olinyk, según han avanzado fuentes diplomáticas y aliadas.
La OTAN ha aceptado finalmente reunirse con el viceministro ucraniano a la luz de los cambios sobre el terreno, dado que previamente había descartado mantener una reunión de la comisión OTAN-Ucrania a petición del Gobierno de Yanukovich, ante las escenas de muertos y francotiradores, según diplomáticas.
Se espera que los ministros de Defensa aprueben "previsiblemente" una declaración el miércoles sobre Ucrania en la que celebrarán que el Ejército del país no haya intervenido en la calle contra los manifestantes y reafirmarán el apoyo de los aliados a la soberanía, independencia e integridad territorial del país y su deseo de seguir apoyando al país en las reformas, sobre todo en el sector de la defensa para garantizar el fortalecimiento del control civil sobre el militar, según han explicado fuentes diplomáticas, que han dejado claro que los aliados buscan ante todo "evitar la percepción de militarización" del conflicto, sobre todo con Rusia.
La OTAN no contempla "una acción" militar de Rusia en Ucrania ni "la ocupación militar de Crimea", aunque constituiría "un escenario muy preocupante" en todo caso a los aliados, según fuentes diplomáticas.
"Hay muchísimas formas de represaliar sin que lleguemos a tirarnos cañonazos", argumentan las fuentes, que insisten con todo en que "no hay ningún elemento de juicio" que hagan pensar que Rusia planea una intervención.
Los aliados también tienen claro que "una ruptura de Ucrania sería un elemento tremendamente desestabilizador en Europa", que tampoco beneficiaría a Rusia teniendo en cuenta que se trata de "su vecino inmediato" y le afectaría "extremadamente en sus intereses de seguridad".
La OTAN mantiene en todo caso los canales de comunicación tanto políticos como militares con Rusia sobre Ucrania a pesar de sus diferencias, según han recalcado fuentes aliadas que han advertido de que el proceso de transición en Ucrania "será sin duda largo".
AFGANISTÁN Y OPCIÓN CERO
Al margen de Ucrania, los ministros discutirán en estos dos días de reunión el proceso de relevo en Afganistán y la planificación de la nueva misión de entrenamiento, asesoramiento y asistencia a las fuerzas afganas y revisarán el plan de capacidades de la OTAN necesarios para garantizar que se mantienen capaz de intervenir en caso de necesidad, dos de los grandes temas que centrarán la cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno aliados a principios de septiembre en Gales. La cita de los ministros de Defensa será la primera de cuatro ministeriales en total -dos de Defensa y dos de Exteriores-- de aquí a junio para preparar las decisiones en la cumbre.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha advertido a su homólogo afgano, Hamid Karzai, en una conversación telefónica este mismo martes de que cuanto más retrase la firma del acuerdo bilateral de seguridad menor será la "escala" y "ambición" de la misión militar norteamericana a partir de finales de 2014 e incluso ha pedido al Departamento de Defensa que prepare planes para una "retirada ordenada" y total a finales de año, según un comunicado de la Casa Blanca.
Tanto Estados Unidos como la OTAN han avisado a Kabul de que si no se firman tanto el acuerdo de seguridad bilateral como el acuerdo sobre el estatus de la fuerza que dé cobertura al resto de tropas aliadas que se queden con la nueva misión no habrá despliegue militar a partir de 2015. Los retrasos en la firma del acuerdo de seguridad bilateral han retrasado la aprobación del plan operativo de la nueva misión de la OTAN, prevista en octubre pasado y que se contemplaba que contara con entre 8.000 y 12.000 efectivos en total, cifra ahora puesta en entredicho.
Las autoridades militares aliadas ya acordaron a finales de enero ser flexibles en la planificación para anticipar las acciones necesarias bien para mantener una misión o prever la retirada total de efectivos y equipos, según fuentes diplomáticas, que han avanzado que los ministros discutirán "qué implicaciones tiene este retraso" para la planificación de la militar y sus opciones.
Los Veintiocho discutirán durante la cena Afganistán y continuarán sus discusiones al respecto el jueves, ya con la participación de todos los países que contribuyen a la actual misión sobre el terreno y el ministro de Defensa afgano.
CAPACIDADES Y PROPUESTA DE NACIÓN MARCO ALEMANA
Los ministros de Defensa también abordarán las capacidades militares que deben desarrollar para mantener la capacidad de la OTAN de actuar y hacer frente a las amenazas emergencias y en cooperación con terceros socios, incluidas las capacidades de mando y control de la Alianza desplegables, las capacidades de precisión de ataque, las capacidades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento y contar con fuerzas especiales "creíbles", según una fuente de alto nivel de la Alianza. También se deben promover las capacidades de defensa antimisiles y de ciberdefensa.
Los aliados también estudian cómo garantizar que la OTAN puede entrenar, asistir y asesorar a consolidar las capacidades de defensa de terceros países como forma de "exportar seguridad", ayudarles a desarrollar doctrina militar y sobre todo el control civil de las Fuerzas Armadas.
También se espera que los ministros de Defensa den "el visto bueno" al concepto de nación marco propuesto por Alemania en septiembre como forma de promover el desarrollo de las capacidades a partir de un país liderando los esfuerzos en un área concreta y coordina el impulso, aunque de aquí a principios de junio se deberán concretas los detalles de la propuesta, según fuentes diplomáticas.
Entre otros quedan por despejar las implicaciones incluido en el plano técnico-militar, cómo se compatibiliza con el proceso de planificación de la Defensa de la OTAN, el papel concreto de la nación marco y del resto de países participantes en un proyecto, así como el que asumirán los que no participen.
España fue de los países que planteó dudas sobre el papel concreto que ejercería la nación marco y la posibilidad de que varios países pudieran liderar conjuntamente y sobre todo mostró preocupación de que la industria de la nación marco y determinadas empresas se potenciaran para desarrollar los proyectos, insistiendo en la necesidad de que "todo el mundo pueda sacarle provecho al retorno industrial-tecnológico", han explicado fuentes diplomáticas.