El presidente chileno, Sebastián Piñera, se comprometió a poner en marcha una intensa agenda de reformas
El presidente chileno, Sebastián Piñera, se comprometió a poner en marcha una intensa agenda de reformas para generar un crecimiento que haga de Chile un país desarrollado "en doce años".
En un discurso en una cena de gala en la Cámara de Comercio de Hamburgo (norte de Alemania), el presidente subrayó que su país tiene la "voluntad" y el "camino" para lograr ser un país desarrollado, a un nivel comparable al de la España actual, rompiendo la trampa de las economías medias.
Las reformas que pretende su gobierno, dijo ante unos dos centenares de empresarios, son la tributaria, para "aliviar" a las pequeñas y medianas empresas; la "copernicana" en calidad educacional; la de las pensiones, para lograr un "nuevo trato" con los mayores; y la de la salud.
Además, abogó por sacar adelante un "profundo proyecto para modernizar el estado" y que éste esté al servicio de los ciudadanos.
Chile, añadió, quiere ser el primer país latinoamericano que se convierta en una economía desarrollada y esto puede suceder "antes de que acabe la siguiente década".
Tras "cuatro años difíciles en materia económica", Chile está "resurgiendo con mucha fuerza" y ahora aspira al "verdadero crecimiento", que debe ser "integral, inclusivo y sustentable".
A juicio de Piñera, su continente es "el de la esperanza", pero también el "de muchas frustraciones".
América Latina "lo ha tenido todo" pero no ha logrado alcanzar el desarrollo, en su opinión, porque no ha sido capaz de "aprovechar las oportunidades".
Por eso su objetivo es reformar su país para que pueda saltar a la revolución tecnológica que está teniendo lugar en la actualidad: "Estamos decididos a ser protagonistas de la cuarta revolución, la digital".
El presidente chileno se refirió en este contexto a Venezuela -una "tragedia"- a la que tachó de "dictadura corrupta" que ha llevado a la crisis a un país próspero y que está atravesando una "crisis humanitaria" en la que "mucha parte de la población está muriendose por falta de alimentos y medicamentos".
Además apuntó las "nuevas turbulencias" en Argentina -y le deseó "la mejor de las suertes" a su homólogo Mauricio Macri- y recordó la "larga recesión" en Brasil, que tiene ahora una vuelta electoral "con dos candidatos en posiciones muy extremas".
Piñera advirtió también sobre los riesgos del calentamiento global y el terrorismo internacional, así como sobre los crecientes "síntomas de proteccionismo", como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que "no le hacen bien al mundo", y las tendencias al "aislacionismo".
La cena en la Cámara de Comercio cerró la jornada de Piñera en Hamburgo, donde se reunió con Peter Tschentscher, alcalde-gobernador de esta ciudad-estado, por donde llegan la mayoría de bienes chilenos que importa Europa.
Además concluyó aquí su visita a Alemania, donde ayer se reunió con la canciller Angela Merkel en Berlín para tratar de intensificar las relaciones económicas y comerciales entre Chile y la Unión Europea (UE).
En su gira europea, marcada por los lazos económicos, Piñera pasó por Francia y España antes de llegar a Alemania, y mañana estará Bruselas, sede de las instituciones de la UE, para concluir su ruta continental un día después en el Vaticano.