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Provincia de Granada

Absuelto el acusado de violar a una menor británica en Ugíjar por falta de pruebas

De hecho, la Sala reflexiona sobre el hecho de que la supuesta víctima, residente en el Reino Unido, no se personara para comparecer como testigo en el juicio oral

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La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada ha absuelto, por falta de pruebas, al joven que fue juzgado en noviembre del pasado año por presuntamente violar a una menor británica, que entonces tenía 16 años, en agosto de 2009, en el interior de un coche en la localidad alpujarreña de Ugíjar (Granada).

   En su sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, los magistrados consideran que los hechos no pueden ser "legalmente constitutivos del delito de agresión sexual, en su modalidad de violación" por el que el joven resultó imputado, pues las únicas pruebas de cargo presentadas en la vista por la Fiscalía, que pedía para él 12 años de cárcel, son "manifiestamente insuficientes".

   De hecho, la Sala reflexiona sobre el hecho de que la supuesta víctima, residente en el Reino Unido, no se personara para comparecer como testigo en el juicio oral, pese a las dos citaciones enviadas a su domicilio en el extranjero, y considera que no se ha podido constatar que la relación sexual entre ambos fuera violenta.

   Así, según se considera probado, sobre las 7,00 horas del 9 de agosto de 2009, el inculpado, vecino de Ugíjar, de 20 años, se unió a un grupo de jóvenes británicos que habían pasado la noche en vela en las fiestas del pueblo celebrando el 16 cumpleaños de una de ellos, que se encontraba pasando las vacaciones en la casa de los padres de una amiga.

   Como quiera que ya era muy tarde y apenas quedaban establecimientos abiertos, todos decidieron volver a sus respectivos domicilios, y el procesado se ofreció a llevarlos en su coche. Tras dejar a los demás, el acusado se quedó a solas en su vehículo con la joven que celebraba su cumpleaños, en un paraje dentro del casco urbano aunque un tanto "solitario".

   Con el coche detenido, según los jueces, los jóvenes pasaron al asiento posterior, donde se besaron y comenzaron a tener relaciones sexuales, "sin constar que no fuera consentido por la menor", pero las interrumpieron sin consumarlas por causas "no suficientemente esclarecidas".

   La joven se apeó entonces del vehículo y emprendió la vuelta a pie a su casa, y la mañana de ese mismo día, sobre las 13,00 horas, se presentó en el cuartel de la Guardia Civil para interponer denuncia, que formalizó diez horas más tarde en Órgiva. Durante la exploración que los médicos le realizaron tras la denuncia, se le encontró una "mínima erosión de 2 milímetros", sin rastro de ninguna otra lesión. La joven presentaba además un estado emocional afligido, con ligero cuadro ansioso.

EL JUICIO

   El juicio, que arrancó el 9 de julio del pasado año y que tuvo que ser suspendida ante la incomparecencia de la supuesta víctima, se reanudó 26 de noviembre aunque de nuevo sin presencia de la joven.

   Por ello, el fiscal solicitó entonces que fuera leída ante la sala la declaración prestada durante la instrucción del caso por la menor de edad, que aseguró entonces que tras su propia fiesta de cumpleaños ella y varios amigos se subieron al coche del procesado para su vuelta a casa. El domicilio de la joven era el último en el trayecto, por lo que los dos se quedaron solos en el vehículo.

   Según indicó, el procesado decidió entonces dirigirse hacia una zona en la que había una fábrica, y ella le preguntó la razón, a lo que él contestó que quería "fumarse un porro". En un momento dado, con el coche ya parado, él la invitó a pasarse con él a los asientos posteriores, donde ambos empezaron a besarse.

   Sin embargo, cuando él quiso mantener relaciones sexuales, ella asegura que se negó, aunque le fue imposible evitarlo por la fuerza de su agresor, que quería "dominarla", y no consiguió zafarse de él. Después, consiguió salir del coche y marcharse corriendo de allí, y presentó denuncia el 9 de agosto de 2009.

   La Fiscalía mantuvo entonces su petición de 12 años de cárcel para el acusado por un delito de agresión sexual, al considerar que existían pruebas suficientes para entender como creíble el testimonio de la joven, entre ellas las "contradicciones" en las que incurrió el acusado, que sostuvo que las relaciones fueron consentidas.

   Por su parte, la defensa solicitó la libre absolución, incidiendo en la falta de credibilidad de la declaración de la joven y sus contradicciones --que el fiscal atribuyó a una mala traducción de la intérprete-- y la falta de pruebas físicas, ginecológicas o psicológicas que acreditasen sintomatología compatible con una agresión sexual.

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