Sus rizos contrastan con el lacio pelo de su amigo y compañero de profesión Antonio Carmona, con el que cantó anoche en Medellín, junto al argentino Fito Páez y los mexicanos Zoé, entre otros, en el concierto que cerró el III Congreso Iberoamericano de Cultura.
“Cantar es el privilegio más grande del mundo, eso sale por arte de magia, no lo puedes pensar”, explicó en una entrevista con Efe, poco antes de enfrentarse a los corazones de miles de colombianos, que no desistieron a pesar de incesante e intensa lluvia.
“Cuando sales ahí no puedes pensar en lo que tienes que cantar o en la letra, porque sino no das una. Lo mejor es no pensar en ello, la música es cosa de duendes, de magia, nunca sabes cuando te va a venir una canción o de dónde te viene”, señaló.
Unas rítmicas palmadas interrumpen el silencio de la estancia. “Ese sentimiento que tú guardas dentro luego se hace una canción, fruto de ese sentimiento que tú vives –añadió–. Eso lo manejan los duendes y la magia, y creo que la música es la mejor medicina que tenemos los seres humanos, es medicina pura para el alma. Es universal, es infinita, y siempre va a estar en este mundo”.
Y es que ella no conoce otra forma de entenderla vida, pues el destino quiso que Rosario fuera la hija menor de Lola Flores y Antonio González El Pescadilla, dos mitos del flamenco. “Yo lo mejor que tengo es la sangre que corre por mi cuerpo y la bomba que tuve como padres, dónde me crié. Lo único que me enseñaron es a sentir, a cantar y a bailar, y eso es mi vida”, admitió. Veintiséis años han pasado desde Vuela una noche, el álbum con el que debutó, tiempo en el que Rosario ha sobrevolado con éxito por escenarios de todo el mundo.
“Si no pudiera cantar en directo, mi vida cambiaría muchísimo”, dijo la intérprete española. “Hago discos para cantar en directo, es lo que me gusta, ver a la gente y sentirla”.
Una sensación, afirmó, en la que “sientes la magia de la comunicación, de traspasar y tocar corazones, de hacer sentir a las personas con la música. Esa es mi meta. Alegrar un poco los corazones y ayudar a que las almas y los sentimientos afloren y no estemos tan apretados. La música es la mejor medicina para eso”.