La vida de color de rosa. O la Feria esplendorosa. El equipo de Gobierno dice que la Feria ha sido todo un éxito, y se preguntarán los rondeños si se les toma por tontos. Porque la Feria, sin dudas, no fue la mejor de las posibles. La actividad fue muy pobre, y no se pensó en algunos colectivos como los jóvenes, a quienes el equipo de Gobierno olvidó con mayúsculas.
Ciertamente (y felizmente) se controló el botellón. Pero a costa de expulsar del centro a cualquier persona interesada en disfrutar de la Feria de día sin coger una insolación. ¿Acaso no hubiera servido el mero anuncio del concejal de Seguridad asegurando que se incautarían las bebidas y habría control policial? Creemos, francamente, que sí. Pero se decidió extrañamente quitar los toldos, y el resultado fue el que fue.
La crisis también hizo lo suyo, pero el equipo de Gobierno no puede negar, por muchos concejales que se sitúen tras un micrófono, que ha habido menos gente en la Feria y menos actividades que nunca antes. Y aquello también es consecuencia de esto.
No se puede mentir, ni se puede ser tan autocomplaciente. Admitir errores es de sabios.