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San Fernando

Monchi, el Hijo Predilecto de La Isla que creció entre el Cristo y La Pastora

El Real Teatro de Las Cortes acogió el acto de entrega de dicho reconocimiento a Ramón Rodríguez Verdejo

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El niño que se crió entre San Ignacio y La Pastora, Ramón Rodríguez Verdejo, más conocido como Monchi, recibió este viernes 14, el título de Hijo Predilecto de  la ciudad de San Fernando. El emotivo acto fue una oda al sentimiento que el aclamado director deportivo procesa hacia la ciudad que le vio nacer y crecer.

El Real Teatro de las Cortes se puso sus mejores galas para recibir a un público diverso y heterogéneo. Asistieron miembros de la Corporación Municipal, representantes de las instituciones deportivas por las que ha pasado, diferentes entidades de la sociedad civil isleña e infinidad de amigos y familia arroparon al ex portero en uno de los días más especiales de su vida.

Este cañailla nacido en 1968 ha hecho motivos de sobra para recibir la máxima distinción que puede otorgar un Ayuntamiento. En la temporada 86/87, debutó como futbolista profesional en el equipo azulino, para continuar su carrera en el Sevilla Atlético y, de ahí, formar parte del primer equipo del Sevilla Fútbol Club. Desde entonces, Monchi ha destacado en el terreno de juego como portero, así como en el vestuario. No en vano, desde el año 2000 hasta el presente, es responsable de la Dirección General Deportiva del Sevilla, salvo los dos años que ocupó este mismo cargo en la Associazione Sportiva Roma de la capital italiana. Además, en el club hispalense y “de sus amores”, como él mismo reconoce, ha ocupado otros cargos como el de delegado de equipo o consejero de su Consejo de Administración. Desde entonces  lleva alardeando de su tierra a boca llena por todos los lugares que ha pasado.

La primera de las sorpresas de la noche para el protagonista de la tarde fueron las palabras de su amigo íntimo, el periodista, Federico Quintero, que realizó un discurso divertido y ameno, con el que hizo reír a los presentes.

Quintero puso la nota de humor cuando dijo que un principio iba a enumerar los éxitos de Monchi como director deportivo del Sevilla, pero prefería hacerlo con sus méritos como portero, para no aburrir a los allí presentes... (risas del respetable).

Imágenes del acto.

La entrega
De las bonitas palabras dirigidas por su amigo, se pasó al momento álgido y más emotivo del acto: la entrega. Patricia Cavada le entregó la distinción que le pone en el escalafón principal de sus conciudadanos más distinguidos y queridos. La cuna de la libertad y la democracia en España aplaudió larga y tendidamente el emotivo momento.

El asombro e ilusión se volvió a ver reflejado en la cara del León de San Fernando, como corean en el Sánchez Pizjuán, con la aparición en el estrado de su hijo, Alejandro Rodríguez Pérez, que tuvo unas bonitas palabras hacia su padre. Su progenitor agradeció el amor que ha heredado por La Isla y sus raíces, a pesar de haber sido criado en la capital andaluza. Alejandro, contó  que cuando sus amigos y él están fuera de Sevilla y son preguntados por su procedencia, responde rápidamente “todos son de Sevilla menos yo, que soy de San Fernando”.

El León abrió su discurso acordándose de sus seres queridos que no pudieron estar presentes por visicitudes de la vida. Sus amigas Isa y Carmen, la persona que da su segundo apellido a sus hijos - su suegro, Manolo-, y a la persona más especial y que “todos los días se acuerda de él y sigue hablando constantemente”, su padre, Ramoné.
Monchi, centró su ponencia en las pasiones que han marcado su recorrido vital: la Semana Santa, el Carnaval, el fútbol y sus amigos y familiares; pilares fundamentales en su identidad.

Se acordó especialmente de su Hermandad del Perdón, de la que formó parte en sus inicios. También mentó a las hermandades del Nazareno - ha cargado a la Virgen de los Dolores  en sus dos últimas salidas procesionales-, La Pastora y el Carmen.

También hubo mención para sus queridos ‘Caradonuts’; las personas y amigos que comparten con él la pasión de la música a compás del 3x4.

Una parte importante del discurso estuvo centrada en la faceta que le dio la oportunidad de convertirse en una figura pública: el fútbol.

Agradeció a los tres equipos de sus amores: el CD Águila, club en el que dio sus primeros pasos como “delantero palomero” y en el que descubrió su verdadera habilidad como guardián de la portería; el San Fernando CD, club que le ofreció la oportunidad de defender los colores de su ciudad y le abrió las puertas del amor de su vida, el Sevilla CF.

Sin duda, la parte más icónica de su discurso fueron las anécdotas y fechorías de la infancia y la alusión a su grupo de amigos de toda la vida. Para cerrar su oratoria, citó a “sus hijos predilectos”, Alejandro y María, para decirles lo muchísimo que les quiere.

El acto fue cerrado por la alcaldesa, que le agradeció su vínculo con las tradiciones isleñas y todo lo que hace y ha hecho por la localidad. También le hizo saber lo orgulloso que se siente su pueblo de él, y el amor que le profesa su tierra.

Los himnos de Andalucía y España cerraron el solemne y jovial acto.

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