“Una medalla de oro de Campeón de España , una medalla de plata en los Campeonatos de España de Light, dos campeones de Andalucía y cuatro medallas de plata en los campeonatos de Andalucía de Kick y Light Contact.
Sólo dos años, experiencias internacionales, docencia en centros escolares y grandes campeones de España. ¿Qué más se puede pedir? Gran satisfacción por los resultados de un gran trabajo de equipo”.
Así aparece resumido el palmarés de la Escuela para la Prevención de la Violencia en su muro de Facebook y así lo contaban a esta casa en una entrevista grabada para Ondaluz y andaluciainformacion.es de la que recogemos las declaraciones más importantes.
En principio estaban citados los campeones y subcampeones mayores, pero al final se presentó todo el equipo, con lo que hubo que hacer sitio como se pudo. Incluido el más pequeño, subcampeón de Andalucía y el que no se trajo ninguna medalla porque fue vencido. No por el adversario, sino por el miedo escénico.
José Carlos Vera es la cara pública de un proyecto que tiene detrás a muchas otras personas que hacen posible que esa paradoja de crear una escuela contra la violencia en un gimnasio en el que se practican deportes de contacto, sea una realidad.
Y es que el concepto es fácil, aunque algunos sigan desconfiando de las formas. Se trata de que la violencia que llevan dentro los chavales, la adrenalina, la quemen bajo la supervisión de los técnicos, bajo unas reglas estrictas antes que en la calle a bofetadas con otros muchachos de su edad.
En la Escuela no se enseña sólo a competir, a defenderse de cualquier agresión en la calle. Se enseña también que el principal objetivo es evitar la pelea y si no se puede, golpear con certeza al contrario donde no le haga daño, pero que lo neutralice. Lo siguiente es marcharse. La mejor forma de que el conflicto se termine.