Una vez más tuvo lugar el tradicional Concierto de Santa Cecilia, Patrona de los Músicos, que ofrece anualmente la Asociación Filarmónica Julián Cerdán de Sanlúcar de Barrameda, dirigida por su maestro titular Justo Jiménez Fábregas. El acto tuvo lugar en el Salón de Actos del IES El Picacho, que colaboró, como lo ha hecho en diferentes ocasiones, con esta celebración cultural.
La asistencia no fue todo lo deseable que se hubiera deseado, pues faltó quizás más publicidad del acto y, sobre todo, mayor coordinación a la hora de programar las actividades de parte del Municipio para no hacer coincidir tantos eventos simultáneos. Al no correr buenos tiempos para la Cultura en general, ésta siempre sale perdiendo frente a otros fenómenos que se están imponiendo en una sociedad que prima por encima de todo la diversión y el ocio gastronómico. Sanlúcar de Barrameda es una población que derrocha talento en todas las Artes. En la Música, en el Teatro, en la Literatura, en la Pintura... Pero si no se mimas a quienes las practican seguirán condenados a ser una ciudad de tercera división y no perder el terreno ganado en las últimas décadas.
La Banda Julián Cerdán, por poner un ejemplo, está en un momento inmejorable. El concierto que ofreció anoche lo demostró con creces. Un repertorio verdaderamente ameno y espectacular, hizo las delicias del público asistente. Un solista de excepción, el trombonista Roberto Martín Flores abrió el programa con una espectacular ejecución del
Concierto para trombón y banda militar del compositor ruso Rimsky-Korsakov. Cosechó grandes aplausos. Luego vino el poema sinfónico
La ruta del Cid, de David Rivas, música épica basada en la figura medieval del célebre guerrero hispánico, que desarrolló muy buenos matices y contrastes en una obra de difícil ejecución, donde destacaron los magníficos solistas de la Banda. Las otras dos obras de la primera parte,
Shangai, de Oscar Navarro y
Last call, de Otto Schwarz, fueron interpretadas con arrebato y dinamismo por todas las secciones instrumentales, en especial por la percusión, dándole a cada una de las mismas el necesario clima rítmico y tímbrico.
En el intermedio, se otorgaron las distinciones a los músicos que se han destacado por su permanencia durante décadas en la Banda y se concedió el título de Socio de Honor, que recayó en el profesor sanluqueño José Alfonso Cuevas Heiss, músico de una dilatada carrera artística, a la que ha consagrado muchos esfuerzos y años, tanto en la enseñanza como en la interpretación. Un galardón muy merecido.
El concierto finalizó con tres pasodobles, dos de muy buena factura e inspiración, aunque de estilos diferentes. El primero de Ismael Ancela, que se estrenaba y fue dirigido por el propio compositor, y otro de David Hurtado, autor sevillano. Cerrándose el estupendo concierto entre cánticos y palmas a compás al son del
Himno a la Manzanilla. Enhorabuena a todos los participantes y a la presentadora del acto, la escritora María Regla Prieto, que puso la nota poética y comentó acertadamente las obras que conformaban el bonito programa de un concierto inolvidable.