Cristina Morales es una sanluqueña que ejerce como militar desde hace un año y que está destinada en Zaragoza. Ha actuado de apoyo en la Policía Militar en Valencia como consecuencia de los tremendos daños que originó la Dana, tanto en lo material como desgraciadamente en lo personal con tantas personas fallecidas. Se ofreció como voluntaria y perteneció a ese grupo denominado de Trasmisiones.
Ha vivido de cerca la catástrofe que han vivido tantos valencianos y valencianas en un tragedia que tardará mucho tiempo en cicatrizar. Lleva un año como militar y nunca se hubiera imaginado que su destino estuviera en tierras levantinas pero llegó el momento: “El día 10 de noviembre me dijeron que estuviera en prevenga. El 11 pidieron voluntarios y el 13 partí para Valencia. Yo dije sí y nadie no en mi Unidad. Formé parte de la Policía Militar porque había que controlar la situación. Había que evitar los saqueos”.
Asegura que “los valencianos han demostrado ser personas muy agradecidas. Me preguntaban de donde era y ya no sólo era hablar de Sanlúcar de Barrameda sino de toda España. Nunca me hubiera imaginado estar en Valencia pero pasó lo que pasó y teníamos que estar allí. Y sí que hay que volver allí se hace”.
Reconoce que la situación en la que se encuentra Valencia es muy dura: “Hasta mis amigos y amigas que tengo en Sanlúcar de Barrameda han estado muy pendientes de lo que ha sucedido cuando han contactado conmigo. Y reconozco que alguna lágrima se me ha escapado en las cuatro semanas que ha estado enValencia porque hay gente que lo ha perdido todo. Un mujer perdió a su primo y afortunadamente no a más seres queridos”.
Lo que sí tiene claro es que “hace falta maquinaria pesada porque hay que estar allí para ver como se encuentra Valencia. Queda mucho por hacer y lo que valoras es la de gente joven que ha ayudado en todo lo que ha podido desde muchos lugares de España. Yo, tras estar en Valencia, regresé a Zaragoiza. Todos somos personas y nunca he vivido una situación tan desagradable. Es que hay gente que lo han perdido todo. Lo más importante era no tener pérdidas personales y con lo que me quedo es con el gracias de muchas personas”.
Cristina Morales estuvo en Paiporta, una de las ciudades más afectadas por la Dana: “Impresiona ver la altura que cogió el agua, con más de dos metros en las calles. Parecía que un tsunami había arrasado con todo, con ramas, árboles taponando todo. Es que no se puede contar, hay que verlo. Ver un coche encima de otro en varias filas impresiona. El agua ha llegado casi al techo de muchas casas. Por lo que ha tenido lugar podía haber ocurrido algo peor”.
Estando en Valencia se ha acordado de Sanlúcar de Barrameda: “Mis padres estaba preocupados por si podía coger alguna enfermedad. Por supuesto que se echa de menos a la familia. Estoy segura que mi padre es el que más me echa de menos. Volveré a Valencia si me lo piden”.
